Page 35 - En nombre del amor
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NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
—Me alegro.
El movimiento requirió un considerable esfuerzo, pero ella descruzó los brazos. —Supongo que te debo una disculpa.
—No estoy ofendido —volvió a decir, y esta vez consiguió que Gabby se sintiera incluso peor—. Pero mira, sé que tienes prisa, así que déjame que te diga un par de cosas sobre Molly, ¿de acuerdo?
Ella asintió, sintiéndose como si su profesor la acabara de castigar de cara a la pared en un rincón de la clase, sin poder olvidar su patética intervención del sábado por la noche. El hecho de que él se tomara las cosas con tanta tranquilidad no hacía más que empeorar su estado de ánimo.
—El periodo de gestación dura nueve semanas, por lo que le quedan dos. Molly tiene las caderas bastante anchas, así que no debes preocuparte por el parto, y ése era precisamente el motivo por el que quería que la trajeras. Los collies a veces tienen las caderas muy estrechas. En cuanto al resto, no hay nada que necesites hacer, pero no olvides que lo más probable es que Molly busque un lugar fresco y oscuro para dar a luz, así que quizá sería conveniente que pusieras unas mantas viejas en el garaje. Se puede acceder al garaje desde una puerta en la cocina, ¿verdad?
Gabby volvió a asentir, notando como si todo su cuerpo se estuviera encogiendo por segundos.
—Déjala abierta, y Molly probablemente empezará a pasearse por allí. Es lo que se llama preparar el nido, y es perfectamente normal. Lo más probable es que tenga a los cachorros cuando haya calma. Por la noche, o mientras tú estés trabajando, pero recuerda que es un acto completamente natural, así que no tienes que preocuparte por nada. Los cachorros se pondrán a mamar instintivamente, así que tampoco tienes que preocuparte por eso. Y seguramente luego tendrás que tirar las mantas, por lo que será mejor que utilices algunas viejas, ¿entendido?
Ella asintió por tercera vez, sintiéndose incluso más insignificante.
—Aparte de esto, no hay nada más que necesites saber. Si surge algún problema, tráela a la consulta. Si pasa algo por la noche, ya sabes dónde vivo.
—De acuerdo —carraspeó Gabby.
Cuando ella no dijo nada más, él sonrió y enfiló hacia la Puerta.
—Eso es todo. Ya puedes llevarla a casa, si quieres. Pero me alegro de que la hayas traído. No creía que fuera una infección, pero me quedo más tranquilo ahora que lo hemos descartado.
—Gracias —musitó Gabby—. Y, de nuevo, siento mucho...
Travis alzó la mano para detenerla.
—No pasa nada. De veras. Estabas angustiada, y es verdad que a Moby le gusta mucho deambular por el vecindario. Fue un error comprensible. Ya nos veremos, ¿de acuerdo?
Cuando él finalmente le dio a Molly una última palmadita, Gabby se sentía más pequeña que una hormiga. Después, Travis —el doctor Parker— abandonó la sala, y ella esperó un largo momento para confirmar que no iba a regresar. Entonces, lenta y dolorosamente se incorporó de la silla. Asomó la cabeza por la puerta y, tras confirmar que no había nadie en el pasillo, se dirigió al mostrador de recepción y pagó la visita con la máxima discreción posible.
De regreso a su trabajo, la única cosa que Gabby sabía con absoluta certeza era que, a pesar de que él le hubiera intentado quitar hierro al asunto, jamás superaría la vergüenza por lo que había hecho, y puesto que no había una roca lo bastante grande como para poder ocultarse debajo, su
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