Page 178 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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168                                La trágica noche de Santacruz



          “Así es la vida, lo que viene por agua, por agua se va”, dijo alguien.
          En esos tiempos, ya la Policía le seguía los pasos a “el Jichi”; desde
          Cochabamba informaron que cazadores furtivos vendían en calles de
          la Llajta cientos de ejemplares de aves exóticas. Le seguían los pasos
          al financiador de esta actividad ilícita, estaban ojo al charque y luego
          movilizaron tropas por aire y tierra para atrapar al que lo llamaron
          “el rey de las aves”. Era fácil para los uniformados reconocerlo por-
          que preguntaban: “Vieron a un hombre con una cicatriz grande”, y
          todos les daban las pistas de su paradero.

          Luego, le tendieron una celada, una trampa maldita. Cuando se apres-
          taban a dar el mejor golpe, antes de cruzar el río Yapacaní, unifor-
          mados que estaban al tanto de todo, los detuvieron con todo el
          cargamento de aves y los trasladaron a una audiencia cautelar en la
          Ciudad de los Anillos y después a la cárcel, quedaron detenidos acu-
          sados de extermino de aves exóticas, asociación delictuosa y otros
          delitos. Los dos vagos con unos cuantos pesos en el bolsillo y presos
          en una cárcel,  era algo más que un drama.

          En aquellos días, Pascual Pascutini había pensado pedir ayuda a su
          primo diputado, pero no lo hizo. Una noche se fugaron del penal
          luego de sobornar a todos los guardias de la prisión. Desde ese penal
          extorsionaban a varias personalidades, con ese dinero sobornaron a
          los guardias. Después, los dos mozalbetes formaron “La banda de
          los cuatro”.
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