Page 60 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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          S.A.” creció como espuma y fue el puntal para el desarrollo del pue-
          blo, la decisión de instalar una fábrica en vez de exportar goma fue
          la maravillosa iniciativa para convertir luego a “El Paraíso Escon-
          dido” en el pueblo más progresista de una vasta región.

          Las mujeres se ocupaban de costurar los ponchos y maleteros de
          goma de manera artesanal, mientras que los hombres, formados en
          cuadrillas,  recolectaban la goma utilizando las tichelas, luego tras-
          ladaban las bolachas de goma hasta el pueblo; allí, utilizando lien-
          cillo, una especie  de tela de algodón que era colocado en forma
          tensada,  se vertía la goma y de esta manera se fabricaban los pon-
          chos. Los maleteros se fabricaban casi de la misma manera, se uti-
          lizaba el liencillo que ya tenía goma, se lo confeccionaba y luego
          eran utilizados para transportar alimentos y billetes, era como una
          pequeña maleta, se la amarraba en los aperos y se colocaba en las
          ancas de caballos y mulas con unas correas delgadas. Los billetes
          quedaban protegidos del agua cuando se cruzaba ríos, lagos y cu-
          richales. Uno de los habitantes más hábiles para fabricar los male-
          teros eran Juan Pesoé y su hijo José Pesoé. También se fabricaron
          pelotas de fútbol, las primeras que se conocieron por estos lares tan
          queridos. Los ponchos de goma fue la prenda más codiciada, era
          utilizada hasta por los propios caucheros, los arrieros, los peones,
          ganaderos, todos fueron los más beneficiados con los ponchos que
          existían de tres tamaños y en varios colores.

          Los ponchos se utilizan para protegerse de la lluvia en los viajes
          por las montañas, e incluso en todas las ciudades de Bolivia. El
          negocio de los ponchos creció rápidamente y estos eran comercia-
          lizados en gran parte del país. Ese fue el impulso que tuvo el pue-
          blo enclavado el Bajo Paraguá, de ser una pequeña fábrica de
          ponchos, maleteros y pelotas, se construyeron instalaciones para
          los trabajadores, ya que se fabricaban los ponchos en cantidades
          industriales y hasta para la exportación.
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