Page 28 - SANTACRUZ LIBRO
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16                                 La trágica noche de Santacruz



          Esta tragedia había comenzado días antes con una cita en la que le
          propuso Mata Hari al arquitecto Juan Tomás Saucedo Rojas y tratar
          de convencer al diputado Santacruz, para una cita de negocios la
          noche del domingo 18  de mayo.

          Capablanca lo planeó todo junto al capitán Bordenave, lo planearon
          todo para no fallar, y no fallaron.

          La Ciudad de los Anillos, idílica y progresista fue el escenario de una
          noche de terror, de una noche macabra donde dos bandos no se dieron
          tregua en ningún momento.

          Ocurrió como en los filmes de suspenso y muerte donde se mata sin
          piedad, donde lo imposible es posible, donde a veces suceden hechos
          extraños, donde aparecen y desaparecen los traidores, personajes des-
          piadados que matan por matar, por ambición, por dinero, etc.
          Mientras la Policía Nacional volvió a insistir la presencia de una mujer
          peligrosa en la Ciudad de los Anillos, Josephine Riviere una mañana
          vestida muy elegante, parecía una alta ejecutiva de ventas de un con-
          sorcio extranjero, llegó hasta la oficinas de Constructora Moderna del
          Oriente y preguntó por el arquitecto Juan Tomás Saucedo Rojas, con
          quien entabló una conversación amena. Ella se identificó como repre-
          sentante de un consorcio internacional de capitalistas españoles que pro-
          metían hacer una millonaria inversión en la capital oriental en el sector
          inmobiliario. La perturbadora mujer, bellísima, tenía una mirada pene-
          trante. Hacía preguntas sobre los otros socios de la empresa, en especial
          de Euclides Santacruz. Obtuvo toda la información requerida, en qué
          piso vivía el diputado de Arenal, su rutina diaria, sus preferencias, sus
          defectos, virtudes, su agenda diaria, todo, pero todo. Por eso Alain  Cen-
          turión y Barbarroja lo sabían todo.

          La trama urdida por el arquitecto Saucedo Rojas fue mantener en
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