Page 324 - SANTACRUZ LIBRO
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La trágica noche de Santacruz
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tener. Si son pensamientos negativos, superar las malas experiencias
será más difícil. Asimismo, hay que alejarse de dar importancia a las
cosas tristes o malas experiencias que has pasado, y comienza a enfo-
carte en todo lo bueno que has logrado hasta ahora en tu vida. Euclides
ya había sido electo diputado”, concluyó la psicóloga.
Alejandra vagó sin rumbo tras la cita con la famosa profesional. En su
mente daban vueltas y vueltas los recuerdos de los últimos instantes
que estuvo junto a Euclides hasta antes de su muerte, recordó el en-
cuentro con Segundo Chaparro.
Vagabundeó horas de horas por las calles neoyoquinas, intentaba hil-
vanar los hechos desde su arribo a Santa Cruz de la Sierra, pero su
mente no estaba suficientemente lúcida para recordar los hechos fina-
les, existían hechos confusos. Fue cuando vio en su mente que Chapa-
rro lo miró esquivo y no le causó mucha gracia saludarla, en sus ojos
ocultaba algo: la traición.
Y sacó la conclusión que la dejó atónita y triste.
Ella era también culpable de un hecho que lo estropeó todo.
Ella debió abordar junto a Euclides la movilidad y no alejarse de él,
como se había prometido cuando arribó al aeropuerto Viru Viru.
Se sintió culpable de ese hecho. Nunca, jamás, debió apartarse del lado
de “Eu”, en ningún momento.
Ese fue su fatal error.
Todo había acabado en una tragedia.
Se sintió de verdad culpable.
Muchos años después, en la Ciudad de los Anillos se recordaba la ma-
tanza y muchos volvían a insistir que Euclides debió refugiarse en un