Page 62 - ALEJANDRA

sucedió, entonces y la situación se calmó, luego de que
Cancino le ofreciera a ella, hablar de su esposo.

- No querrá irse de aquí sin saber nada de su esposo
cierto, pues si vuelve a su asiento, le prometo que le
contare lo que UD quiere saber-
-Ella lo miró fijamente siempre con desconfianza y
aunque dudosa y molesta, volvió a sentarse otra vez-
-mire señorita, admiro su valentía, más lo que tengo que
hablar no lo hablare aquí, hay muchos ojos y oídos
vigilando, incluso lo que no se ve, y yo no quiero que
esto nos afecte a los dos- dijo el-
-pero Ud. dijo que me contaría, y además no confió en
UD, quien puede confiar en un ladrón y ni siquiera lo
conozco- dijo ella desconcertada-
-Tiene UD toda la razón, pero de todos modos no es
conveniente hablar en este lugar- dijo el-
- Lo que UD quiere es llevarme a otro sitio para hacerme
quizás, quien sabe qué cosa. No iré con UD a ninguna
parte, será mejor que me vaya, UD solo quiere
aprovecharse de mi- dijo ella comenzando a levantarse.
- No quiere saber sobre su esposo, de su muerte y todo
lo demás, entonces no me dé más problemas y siéntese
que le voy a dar una dirección en donde podremos
hablar mejor en el día para que no se sienta UD tan
y
ultrajada- le sugirió el-

Entonces Alejandra lo miro sorprendida, como si de
nuevo la esperanza de saber la verdad sobre el asesinato
de su esposo, reapareciera con nuevas fuerzas otra vez.