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5. PLEGARIA Salmo 103: la ternura del Dios misericordioso:
Cada uno/a lo lee en silencio y luego van diciendo, como resonancia, la frase que más les
gusta. Finalmente lo oramos todos juntos.
SALMO 103/102
1
Bendice, alma mía, al Señor y todo mi ser a su santo Nombre;
Encuentro con familias. 5 3 4 te sacia de bienes y rejuveneces como el águila.
2
bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios.
Él, que perdona todas tus culpas y sana todas tus enfermedades,
que rescata tu vida de la fosa y te colma de amor y de ternura;
5
8
El Señor es compasivo y clemente,
9 lento a la ira y rico en amor.
No está siempre litigando, ni guarda rencor perpetuo.
10
No nos trata según nuestros pecados ni nos paga con-
forme a nuestras culpas.
13
Como un padre se enternece con sus hijos, así se enter-
nece el Señor con sus fieles.
14
Pues él conoce nuestra hechura, recordando que somos barro.
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Bendigan al Señor, todas sus obras, en todos los lugares de su creación.
¡Bendice, alma mía, al Señor!
6. PROYECCIÓN
Tomar conciencia de la misericordia inexplicable de nuestro Padre del
cielo, hace pensar en cómo tratamos a nuestros hijos en sus momen-
tos de rebeldía…
Conversarlo en grupos pequeños: cómo podemos reflejar mejor al
Dios misericordioso en nuestras familias.
Con quienes lo desearan, habría la posibilidad de celebrar la miseri-
cordia del Señor en el sacramento de la Reconciliación.
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