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4.  PROFUNDIZACIÓN La Biblia en nuestra evangelización
         Los católicos de América Latina debemos saber que cuando llegaba el Evan-
         gelio a nuestras tierras, hace más de 500 años, se producía en Europa la
         llamada “Reforma protestante” impulsada por Lutero: por eso la Biblia em-
         pezó a ser vista con desconfianza. Tácitamente quedó la Biblia con los pro-
         testantes, y los católicos con el culto y el catecismo; por eso la Biblia no es-
         tuvo muy presente en nuestra primera evangelización.
         Sin embargo, la Iglesia católica vivió un nuevo Pentecostés en el Concilio
         Vaticano II (1962-1965), para una auténtica renovación. Uno de los puntos
         más  notorios  fue  la  nueva  manera  de  mirar  las  Escrituras.  El  documento
                         “Dei Verbum-Palabra de Dios” dice:
                         21.  La  Iglesia  ha  venerado  siempre  las  Sagradas  Escrituras  al
                         igual que el mismo Cuerpo del Señor… sobre todo en la Liturgia.
                         Por consiguiente, es necesario, que toda la predicación, se nutra
                         de la Sagrada Escritura, y se rija por ella.
                         Porque en los sagrados libros el Padre que está en los cielos va
                         con amor al encuentro de sus hijos y habla con ellos; y es tanta
           la eficacia que radica en la Palabra de Dios, que es, en verdad, fortaleza de la fe,
           alimento del alma, fuente pura y perenne de la vida espiritual.

         Se pide que se difunda ampliamente la Biblia a todo el pueblo cristiano.

         Subrayemos: en la Escritura el Padre nos busca y nos habla, y ella, la Escri-
         tura, ¡es el mejor alimento de la fe y fuente de vida espiritual!


         5. ORACIÓN: La Lectio Divina

         Jesús nos dice que cuando queramos orar no busquemos palabras difíciles,
         sino: “Entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en
         lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará” (Mt 6,6).
         ¡Interesante! Para algunos orar es como ir a convencer o exigir a una per-
         sona que necesito tal o cual cosa, como cuando pedimos un permiso difí-
         cil… Jesús dice que “el Padre
         ya  sabe  lo  que  necesito”.
         Quiere decir que él me cono-
         ce  hasta  el  fondo,  busca  lo
         bueno para mí, me mira con
         cariño y se interesa de mí…
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