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Recuerda que el Bautismo es un regalo y una llamada de Dios; a la persona
le cabe la posibilidad de acogerlo y responder afirmativamente; la respuesta
es libre. Dios nunca nos fuerza ni nos obliga.
Por eso el Bautismo no puede imponerse, “porque así se acostumbra”,
“porque todos lo hacen”, sino que es decisión de la persona o de la familia
en el caso de los niños. Los padres que piden el bautismo para sus niños,
tienen el deber de educarlos en la fe, así como hacen en otros aspectos de
la vida (educación, cultura, salud, etc.).
Pero en el caso de los jóvenes, ellos ya son capaces de tomar decisiones y
manifestar libremente su fe. Es el camino que estamos haciendo con ellos.
Ahora nos interesa que Uds, padres y familiares, tomen conciencia del Bau-
tismo que recibieron quizás muy pequeños y que no han tenido oportunidad
de profundizar. En este momento los invitamos a volver a su bautismo con
ilusión, como el primer día, como el amor el día de bodas.
Sólo así podrán acompañar a sus hijos en el camino de fe que están hacien-
do. En realidad, para el Señor todos, también los adultos, somos hijos e hi-
jas: siempre estamos en camino, siempre podemos madurar en la fe.
5. PLEGARIA
Renovaremos nuestras Promesas Bautismales.
Hoy, como personas adultas, se lo diremos
personal y libremente al Señor.
* Ubicar en el centro el cirio pascual y la mesa con
la jarra de agua.
¿Renuncian a Satanás, esto es: al pecado, como
negación de Dios; a la corrupción y a la menti-
ra, a la violencia, contraria a la caridad, como
modo de vivir maltratando a los otros; al egoís-
mo, como falta de amor?
R/. Sí, renuncio.
¿Renuncian a las obras del Enemigo, que son: las envidias y odios; las perezas e
indiferencias; las cobardías y las desconfianzas, el materialismo y sensualidades;
las injusticias y favoritismos; las muchas formas de violencia dentro de la fami-
lia; las faltas de fe, de esperanza y de caridad?
R/. Sí, renuncio.
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