Page 136 - Libro Catecumeno
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• Dios ha escrito en nuestros corazones, como un ADN básico, el
profundo deseo de la felicidad y del amor.
• Entre las muchas posibilidades para ser felices, sólo Dios nos
muestra el camino a la auténtica felicidad y al verdadero amor
(porque también hay “felicidades fugaces” y “amores tóxicos”).
• Para que no equivoquemos el camino, nos enseña: son LOS
MANDAMIENTOS.
4.2 Libertad: el gran regalo
Los seres humanos no
somos “programados” como las
computadoras; somos seres “libres”,
capaces de darle a nuestra vida un
sentido, una orientación. La grandeza
del ser humano está en la libertad. Por
eso la buscamos y defendemos con tanto ahínco; pero no es un
regalo fácil: hay que conquistar la verdadera libertad. Se trata de
elegir:
• A veces la decisión es fácil, porque se ve claramente qué es lo
mejor: aprovechar una beca de estudios o asumir un trabajo en
vacaciones: en los dos casos, ganas experiencia y/o dinero.
• Otras veces es más difícil, porque las cosas malas se presentan
atractivas: ¿acepto el pitillo de droga o lo rechazo? ¿aprovecho
que su dueño está distraído para llevarme ese celular bonito?...
Se nos dio la libertad para elegir lo bueno, para conseguir la
felicidad haciéndonos a nosotros mismos en el bien. Tanto más
hago lo bueno, tanto más soy realmente libre.
• • VERDAD Y HONESTIDAD (7º y 8º Mandamientos)
VERDAD Y HONESTIDAD (7º y 8º Mandamientos)
El Señor nos pide tomar en serio la verdad, la justicia y la caridad
en nuestra vida.
Dios es la fuente de toda verdad: quien tiene al Señor en su corazón no se
rebaja al engaño o la mentira. Jesús nos pide que cada palabra que digamos
sea expresión de lo que pensamos o sentimos. ¡La palabra es sagrada! La de
las autoridades y la de cada ciudadano. Debemos evitar:
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