Page 192 - Libro Catecumeno
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19 Tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Esto es mi cuerpo,
                     que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía.
                       20 Después de cenar tomó la copa y dijo: Ésta es la copa de la nueva alianza,
                     sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes.


                     ¿Esa comida Pascual fue ‘una más’? Imaginen los sentimientos de Jesús en
                     esos momentos.
                      En este breve texto hay palabras-clave, descúbranlas.
                  4. PROFUNDIZAMOS

                    Es la noche anterior a la pasión y muerte de Jesús; él sabe qué
                  pasará. Conmueve notar que más fuerte que el temor normal a la
                  muerte, es su amor por sus discípulos: “He deseado intensamente
                  comer esta pascua con ustedes”.
                    Esa noche Jesús presidía la cena, según el ritual de la Pascua
                  judía.  Ha previsto  cuidadosamente  cada elemento.  A  un  cierto
                  momento los sorprendió lavándoles los pies. Luego habrán comido
                  el cordero asado con lechugas amargas, recordando las penurias
                  de la esclavitud.

                  4.1 “Esto es mi cuerpo... Esta es mi sangre derramada por ustedes”
                    Jesús se sale del libreto de la comida pascual:


                      Tomó pan y, después de dar gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo;
                    hagan esto en memoria mía”. Eran grandes panes que el padre de familia iba
                    partiendo y ofreciendo, mientras invocaba al Dios de la liberación. Jesús dice:
                    “Esto es mi cuerpo”. La expresión “mi cuerpo” equivale a “soy yo”.


                    Está resumiendo toda su vida entregada en ese pan que parte y
                  comparte. Además, está como anticipando lo que horas después
                  ocurrirá cuando los verdugos destrozarán su santo cuerpo.
                    Los discípulos se habrán acordado de lo que Jesús dijo en la sinagoga de Ca-
                     farnaúm: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El pan que yo daré es mi carne;
                     yo la doy para la vida del mundo” (Jn 6,51). Mientras comían ese trozo de pan,
                     ¡sabían que estaban recibiendo a Jesús mismo como alimento!








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