Page 43 - Libro Catecumeno
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14 Y acercándose, tocó el ataúd. Quienes lo llevaban se detuvieron. Entonces
dijo:
- Muchacho, a ti te digo: levántate.
15 El muerto se incorporó y se puso a hablar; y Jesús se lo entregó a su
madre.
16 Todos se maravillaron y alababan a Dios diciendo:
- ¡Un gran profeta ha surgido entre nosotros! ¡Dios ha visitado a su pueblo!
17 La noticia se propagó entre todos los judíos y por toda aquella región.
Esa señora ya era viuda y se le muere su único hijo: podemos
imaginar su dolor. Todo el pueblo de Naín la acompaña. Dos
comitivas se encuentran: la que saca al muerto, y la que trae la vida.
Sepamos que, entre los judíos, no se tocaba los muertos porque te
hacía “impuro”.
• Cuáles son los sentimientos y las acciones de Jesús: qué verbos
refieren los vv. 13-14.
• ¿Qué será lo primero que vio el muchacho al volver a la vida?
Imaginen lo primero que dijo.
• Fijémonos en la delicadeza de Jesús de entregarlo a su mamá.
Imaginemos lo que dijo la señora.
3. PROFUNDIZAMOS
a. Los “signos liberadores”
a. Los “signos liberador es”
Llamaba la atención su modo de actuar: Jesús está manifestando
el amor compasivo del Padre por todas sus criaturas, especialmente
por los marginados; por eso se acerca y “toca” a gente que en ese
tiempo era considerada ‘impura’:
• Los endemoniadosLos endemoniados. No se trata de películas de terror, sino de la
triste realidad de personas poseídas por las fuerzas del “Malig-
no”. Jesús manifiesta que la bondad de Dios es más poderosa
que las fuerzas diabólicas.
• Los enfermos. Las enfermedades eran consideradas castigo de
Los enfermos.
Dios, sobre todo el caso de lepra que obligaba a vivir apartados.
Jesús se conmueve y los sana. “Un leproso le suplicó: Si quieres,
puedes limpiarme. Jesús, compadecido, extendió su mano, lo
tocó y le dijo: Quiero, queda limpio. Al instante desapareció la
lepra” (Mc 1,40-42).
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