Page 44 - Libro Catecumeno
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• Los pecadores,Los pecadores, son espe-
cialmente invitados por Je-
sús: “No necesitan médico
los sanos, sino los enfer-
mos. No he venido a llamar
a los justos, sino a los pe-
cadores” (Mc 2,17).
• Las mujeres,Las mujeres, no les daban
importancia, pero Jesús las
trata con respeto y estima;
las acoge entre los discípulos que escuchan su palabra y serán
testigos de su muerte y resurrección.
• Los niños,Los niños, no eran valorados; pero son acogidos con afecto por
Jesús, que los pone como modelo: “Si no se convierten y se
hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos” (Mt
18,2).
b. Los “milagr os”
b. Los “milagros”
Eran “signos” o “señales” extraordinarias de que el Reino de Dios
ya estaba llegando.
• Manifiestan su compasión:
Jesús no es indiferente; se
conmueve frente al sufri-
miento. Pero nunca hizo un
milagro para llamar la aten-
ción o para su provecho.
• En algunos casos volvió
muertos a la vida (resucitó):
fueron dos jóvenes: una niña
de 13 años que acababa de morir (Mc 5, 34-43) y al hijo único de
una viuda, que ya llevaban a enterrar (Lc 7,11-17).
¡Qué bueno ser discípulo/a de una persona así!: poderoso para
vencer lo que nos hace daño.
• Jesús no tiene miedo de actuar contra corriente: se acerca a los
muertos, a los enfermos, distinto de lo que todo el mundo hacía.
Es de verdad libre de prejuicios y temores.
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