Page 60 - Libro Catecumeno
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Nos da la clave de toda la vida de Jesús: su amor por ‘los suyos’,
que eran los discípulos de entonces y de ahora: toda la humanidad
que el Padre le ha confiado.
• Hacia el final de la comida, Jesús vuelve a hacer algo ‘fuera de pro-
grama’: al partir uno de los grandes panes y luego al hacer circular
la copa, les dice:
Lucas 22
19 Tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo:
— Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria
mía.
20 Igualmente tomó la copa después de cenar y dijo:
— Ésta es la copa de la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se
derrama por ustedes.
• Esos discípulos estaban llenos de estupor: en ese trozo de pan,
¡estaba Jesús! En el vino de la copa, ¡la vida, el amor del Señor!
Los discípulos de todos los tiempos, reconocemos con
asombro y gratitud que el Señor Jesús esa noche, de ver-
dad “nos amó hasta el extremo”: nos dejó su Amor como
mandamiento y él mismo –todo entero- como alimento.
Desde los inicios y hasta ahora los cristianos celebramos y
actualizamos esa cena del Señor. Jesús, presente en la Eu-
caristía, lo es todo para nosotros.
5. PLEGARIA
• En silencio, leer el canto, interiorizarlo y luego evidenciar las expresiones que
más nos motivan. Orar, conversar con Jesús a partir de ello. Se termina orán-
dolo todos juntos.
Aquella noche santa te nos quedaste nuestro, con an-
gustia tu vida, sin heridas tu cuerpo.
Te nos quedaste vivo porque ibas a ser muerto; porque
iban a romperte, te nos quedas entero.
Gota a gota tu sangre, grano a grano tu cuerpo, un
lagar y un molino en dos trozos de leño.
Te nos quedaste todo, amor y sacramento,
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