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La Promesa De San Juan 14:2

1747. Yo sé de otra promesa semejante a esa: ―Voy
pues, a preparar lugar para vosotros. Y vendré otra vez para
recibiros.‖ Quizás digan que estamos locos. Pero, hermanos
para mi, aquí mismo, durante este tiempo y estos Sellos
abriéndose de esta manera tan sobrenatural, casi puedo
oír el reloj que está marcando el tiempo hacia la
Eternidad. Casi puedo ver al Ángel parado allí, y
diciéndonos al final del Mensaje del séptimo ángel: “El
tiempo no será mas*.” [EL SEXTO SELLO de la Revelación de
los Siete Sellos, página 372; párrafo 102. Predicado un día sábado
por la noche 23 de marzo del 1963 en el Tabernáculo Branham, en
Jeffersonville, Indiana, E.U.A.]

1748. Ahora, esta es la casa (303) en la cual mora Dios, no
en un gran edificio con una
campana allá en la torre alta.
“Más me apropiaste, un
cuerpo” (Hebreos 10:5); un
cuerpo en el cual Dios puede
morar, andar, ver, hablar,
obrar. ¡Amén! Una
instrumentalidad viviente de
Dios. Dios caminando con dos
pies en, usted ¡Gloria! ―Los
pasos del hombre justo son
ordenados por Jehová‖ (Salmo
37). Dios caminando en usted
porque ―Vosotros sois letras
escritas, leídas de todos los
hombres‖ (2 Corintios 3:2).‖ [LA
ESTATURA DE UN HOMBRE PERFECTO, páginas 45, 47, 46.
Predicado el 14 de Octubre de 1962, en el Tabernáculo Branham, en
Jeffersonville, Indiana, E.U.A]

(303) San Juan 14:2
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