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La Promesa De San Juan 14:2

1730. Aquí viene Dios, descendiendo sobre Su
tabernáculo terrenal, Jesús, en el… “descendiendo del
Cielo.”

1731. ¡Cuándo Él se encontró con el profeta! ―La Palabra
viene al profeta (296).‖ Y Él era la Palabra. Y el profeta
estaba parado allí, negando toda la denominación de ellos,
todo. Y, cuando él vio la Palabra, la Palabra vino
directamente a él.

1732. Jesús era parte de esa tierra sobre la cual el
Espíritu Santo descendió, (¿es correcto eso?) y se quedó
sobre Él para siempre. Nunca lo puede dejar a Él. Siempre
está allí. Él y Dios son Uno. ¡Siempre tiene que quedarse!
[EL FUTURO HOGAR DEL NOVIO CELESTIAL Y LA NOVIA
TERRENAL, páginas 40, 41, 42, párrafos 294, 296, 305, 306, 307,
313. Predicado un día domingo por la mañana, 2 de agosto de 1964,
en el Tabernáculo Branham, en Jeffersonville, Indiana, E.U.A.]

1733. ―Ahora, abramos en el libro de los Gálatas el capitulo
3, verso 29, y veamos cómo puede aplicarse esto a nosotros
y cómo esa circuncisión puede ser aplicada a un gentil, ya
que somos gentiles por nacimiento natural. Quiero leerles
desde el verso 16:

Ahora bien, a Abraham fueron hechas las
promesas, y á su simiente. No dice: Y a las
simientes, como si hablase de muchos, sino como
de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

1734. Y, ¿cuál fue la simiente de Abraham? Cristo fue la
simiente de Abraham. ¿Cree usted esto? Por consiguiente,
no importa quiénes seamos ya seamos Judíos o Gentiles.

(296) San Juan 1:29

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