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HANK
Recuerdos de una pulga
sábanas quedando sobre ella y ella
abriendo sus piernas para cruzarlas sobre
la cintura de él, como amarrándolo para
que no escape; él comenzó a mover las
caderas hacía arriba y hacia abajo, pude
ver que el pene entraba y salía del interior
de ella. Por momentos lo hacía suave y por
otros momentos lo hacía de manera rápida,
casi violenta que provocaba a que ella
suelte ciertos quejidos; cuando eso sucedía
ella lo cogía de las caderas y lo jalaba con
fuerza para que la embestida que el daba
sea más violenta, ciertamente quería que él
introduzca el pene hasta el fondo de su
vagina. Sin cambiar la posición el bajo los
brazos para coger las piernas de ella y
levantarlas hasta colocarlas en sus
hombros. En esta posición pude notar que
el pene entraba en su totalidad, veía los
testículos pegados a los labios vaginales,