Page 101 - Encuentra tu persona vitamina
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Se me ocurre el caso de Walt Disney. El productor sufrió el fallecimiento
de su madre de forma traumática. Él regaló a sus padres, en pleno éxito
profesional, una casa, y una avería en el horno acabó con la vida de su madre,
algo que le marcó profundamente.
En más de treinta títulos de Disney, los padres —el padre o la madre— no
aparecen o desaparecen de forma traumática de la vida de los personajes de
la película: Blancanieves, La Bella y la Bestia, Pinocho, Bambi, La
cenicienta, El libro de la selva, Peter Pan, La sirenita, Aladdín, El jorobado
de Notre Dame, Pocahontas, Buscando a Nemo, Ratatouille, Lilo y Stitch,
Frozen, entre otros.
El caso de Charles Dickens, uno de los escritores británicos más
reconocidos, sufrió un trauma a la edad de doce años cuando su padre fue
enviado a la cárcel por deudas. Dickens pasó de una vida relativamente
holgada a vivir en condiciones deplorables trabajando en una fábrica de
betún donde escuchaba a las ratas a diario. Ser pobre lo marcó profundamente
y prueba de ello se detecta en las páginas de sus novelas. Toda su familia
estuvo en prisión menos su hermana. El tiempo que trabajó en la fábrica
significó una humillación para él. Esas heridas marcarían sus novelas, desde
el célebre Oliver Twist hasta La pequeña Dorrit, donde narra infancias
terriblemente duras. Él se proyectaba en muchas de esas historias donde el
abandono y la tristeza están muy presentes.
Hoy en día, en pleno siglo XXI , abundan personajes famosos —cantantes,
actores, influencers …— que reconocen haber sufridos traumas en su
juventud. Muchos han necesitado vías de escape para sanar esos vacíos
afectivos como las drogas, el sexo o el dinero.
Una buena noticia: estas heridas se pueden sanar, con delicadeza y
cuidado, pero se logra.
DE LA ADOLESCENCIA A LA EDAD ADULTA
Muchos de los traumas de la infancia comienzan a mostrar sus efectos
adversos en la adolescencia. Esta es una etapa apasionante, pero marcada por
una búsqueda de independencia y de encontrar un lugar en el mundo.
La adolescencia es, de cierta manera, el resultado de cómo nos han ido
educando, queriendo y enseñando en la niñez. Si mientras éramos pequeños se