Page 104 - Encuentra tu persona vitamina
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— Cuánto tiempo y qué facilidad tiene el niño para volver a jugar tras
ser calmado por la madre.
— Qué sucede tras la separación con la figura cuidadora y con la
presencia de un individuo extraño.
Tras estudiar estas variables, describió tres diferentes estilos de apego:
— Seguro: niños con conductas de exploración activa, que se disgustan
ante la separación de su madre, pero que, cuando esta vuelve, tienen
una respuesta positiva y se consuelan con facilidad.
— Evitativo: niños que presentan conductas de distanciamiento, no
lloran al separarse del progenitor, suelen concentrarse en los juguetes
y evitan el contacto cercano. En estos pequeños existe una
desconexión de su mundo emocional y parece no importarles que su
madre se aleje.
— Ambivalente: niños que reaccionan fuertemente a la separación,
presentan conductas ansiosas y de protesta, como llorar y aferrarse.
Suelen mostrar rabia, no se calman con facilidad y no retoman la
exploración.
Al observar los resultados muchos pensaron erróneamente que los niños
más fuertes eran aquellos que no se inmutaban al salir su madre de la escena.
Esos eran los que resistían mejor la separación y la irrupción de otra persona
en la escena. De ahí surgieron muchas teorías sobre cómo educar y la
disciplina en los niños. Años más tarde, unos estudios rompedores
esclarecían este asunto: esos niños de apego evitativo —los que no se
inmutaban y no parecían sufrir— fueron analizados de forma más profunda.
Hay evidencias de que el sistema nervioso se alteraba y se observó que
mostraban taquicardia, cambios en el electromiograma y su organismo estaba
en tensión. De hecho, presentaban niveles elevados de cortisol en sangre.
Esos niños se transformaban en la edad adulta en sujetos con gran
probabilidad de somatizar y de sufrir ansiedad.