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Desde la perspectiva cristiana
Dedicación a los enfermos
Muchas congregaciones religiosas han nacido precisamente con la
misión especial de atender y cuidar a los enfermos y los desampa-
rados. Citamos algunas:
• La Orden Hospitalaria, fundada por San Juan de Dios.
• Las Hijas de la Caridad, fundadas por San Vicente de Paúl con ayuda de
Santa Luisa de Marillac.
• Las Misioneras de la Caridad y los Misioneros de la Caridad de la madre
Teresa de Calcuta.
Hay que destacar también que la Iglesia no solo atiende las necesidades
materiales de los cristianos enfermos. También:
• Los acompaña con la oración.
• Los anima a seguir a Jesús en su enfermedad.
• Les ofrece el encuentro con Dios en los sacramentos, especialmente a
través de la Comunión y la Unción de los enfermos.
Un testimonio sacerdotal
El sacramento de la Unción de los enfermos
En mi vida sacerdotal he vivido muchos
momentos que me han hecho pensar en El cuidado de los enfermos es un preocupación que ha estado presente
el valor extraordinario del sacramento en la Iglesia, que recomienda a la comunidad cristiana:
de la Unción de los enfermos.
Una vez me fueron a buscar para ben- Pertenece a la misión educativa de los padres enseñar y testimoniar
decir a una abuelita antes de su muerte. a los hijos el sentido verdadero del sufrimiento y de la muerte. Lo
Ella siempre había pedido los sacramen- podrán hacer si saben estar atentos a cada sufrimiento que encuen-
tos, pero los familiares, por temor, lo
habían postergado. En cierto momento, tren a su alrededor y, principalmente, si saben desarrollar actitudes
cayó en estado de coma, inconsciente y de cercanía, asistencia y participación hacia los enfermos y ancianos
agonizante. dentro del ámbito familiar.
Llegué y entré en su pieza, acompañado
por varios familiares. Yo desconocía to- Evangelium Vitae
talmente a esta familia. Me acerqué con
los óleos (aceites) y la abuelita abrió los En cuanto a la Unción de los enfermos, la Iglesia celebra este sacramento
ojos, se sentó en la cama y, sonriente, para hacer presente la salvación de Jesús en el enfermo. Es un rito muy
agradeció mi llegada. Los familiares
quedaron impresionados y curiosos. antiguo que proviene del tiempo de los apóstoles y así los describe la carta
Con calma oré, la bendije y administré de Santiago: “Si alguno de ustedes está enfermo, que llame a los ancianos de
el sacramento de la Unción. La abue- la Iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite. Y
lita contestaba las plegarias con plena cuando oren con fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido
conciencia y rostro sereno. Finalizada pecados, le serán perdonados” (Stg. 5, 14-15)
la liturgia, me despedí de ella, saludé a La Unción de los enfermos se llegó a considerar solo como un sacramento
todos y me retiré. Llegaba al vehículo de preparación para la muerte. Sin embargo, el Concilio Vaticano II recupe-
estacionado a media cuadra, cuando ró el sentido original: un sacramento para los enfermos y un sacramento
sentí que me llamaban de la misma
casa de la que salí. Volví y me dijeron: para la vida.
“La abuelita sonrió, saludó a todos y se Desde entonces, la Iglesia insiste en que debe celebrarse siempre que el
quedó dormida. Murió en paz”. Me fui cristiano o cristiana se vea debilitado gravemente por la enfermedad o la
a casa orando y pensando ¡qué grande edad avanzada, y no solamente cuando esté a punto de morir.
es el Señor! Realmente se hace presente, El ministro de la Unción es el obispo o el presbítero. Se celebra en comu-
como dice el Ave María, ahora y en la
hora de nuestra muerte. nidad (en la familia, en el hospital o en la iglesia) para un solo enfermo o
para un grupo. Si las circunstancias lo permiten, puede ir precedido del
sacramento de la Reconciliación y seguido de la Eucaristía.
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