Page 134 - LIBRO DE RELIGION 2° MEDIO
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Desde la perspectiva cristiana






                                                        Dedicación a los enfermos
                                                        Muchas congregaciones religiosas han nacido precisamente con la
                                                        misión especial de atender y cuidar a los enfermos y los desampa-
                                                        rados. Citamos algunas:
                                                        •  La Orden Hospitalaria, fundada por San Juan de Dios.
                                                        •  Las Hijas de la Caridad, fundadas por San Vicente de Paúl con ayuda de
                                                          Santa Luisa de Marillac.
                                                        •  Las Misioneras de la Caridad y los Misioneros de la Caridad de la madre
                                                          Teresa de Calcuta.
                                                        Hay que destacar también que la Iglesia no solo atiende las necesidades
                                                        materiales de los cristianos enfermos. También:
                                                        •  Los acompaña con la oración.
                                                        •  Los anima a seguir a Jesús en su enfermedad.
                                                        •  Les ofrece el encuentro con Dios en los sacramentos, especialmente a
                                                          través de la Comunión y la Unción de los enfermos.
            Un testimonio sacerdotal
                                                  El sacramento de la Unción de los enfermos
            En mi vida sacerdotal he vivido muchos
            momentos que me han hecho pensar en   El cuidado de los enfermos es un preocupación que ha estado presente
            el valor extraordinario del sacramento   en la Iglesia, que recomienda a la comunidad cristiana:
            de la Unción de los enfermos.
            Una vez me fueron a buscar para ben-    Pertenece a la misión educativa de los padres enseñar y testimoniar
            decir a una abuelita antes de su muerte.   a los hijos el sentido verdadero del sufrimiento y de la muerte. Lo
            Ella siempre había pedido los sacramen-  podrán hacer si saben estar atentos a cada sufrimiento que encuen-
            tos, pero los familiares, por temor, lo
            habían postergado. En cierto momento,   tren a su alrededor y, principalmente, si saben desarrollar actitudes
            cayó en estado de coma, inconsciente y   de cercanía, asistencia y participación hacia los enfermos y ancianos
            agonizante.                             dentro del ámbito familiar.
            Llegué y entré en su pieza, acompañado
            por varios familiares. Yo desconocía to-                                              Evangelium Vitae
            talmente a esta familia. Me acerqué con
            los óleos (aceites) y la abuelita abrió los   En cuanto a la Unción de los enfermos, la Iglesia celebra este sacramento
            ojos, se sentó en la cama y, sonriente,   para hacer presente la salvación de Jesús en el enfermo. Es un rito muy
            agradeció mi llegada. Los familiares
            quedaron impresionados y curiosos.    antiguo que proviene del tiempo de los apóstoles y así los describe la carta
            Con calma oré, la bendije y administré   de Santiago: “Si alguno de ustedes está enfermo, que llame a los ancianos de
            el sacramento de la Unción. La abue-  la Iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite. Y
            lita contestaba las plegarias con plena   cuando oren con fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido
            conciencia y rostro sereno. Finalizada   pecados, le serán perdonados” (Stg. 5, 14-15)
            la liturgia, me despedí de ella, saludé a   La Unción de los enfermos se llegó a considerar solo como un sacramento
            todos y me retiré. Llegaba al vehículo   de preparación para la muerte. Sin embargo, el Concilio Vaticano II recupe-
            estacionado a media cuadra, cuando    ró el sentido original: un sacramento para los enfermos y un sacramento
            sentí que me llamaban de la misma
            casa de la que salí. Volví y me dijeron:   para la vida.
            “La abuelita sonrió, saludó a todos y se   Desde entonces, la Iglesia insiste en que debe celebrarse siempre que el
            quedó dormida. Murió en paz”. Me fui   cristiano o cristiana se vea debilitado gravemente por la enfermedad o la
            a casa orando y pensando ¡qué grande   edad avanzada, y no solamente cuando esté a punto de morir.
            es el Señor! Realmente se hace presente,   El ministro de la Unción es el obispo o el presbítero. Se celebra en comu-
            como dice el Ave María, ahora y en la
            hora de nuestra muerte.               nidad (en la familia, en el hospital o en la iglesia) para un solo enfermo o
                                                  para un grupo. Si las circunstancias lo permiten, puede ir precedido del
                                                  sacramento de la Reconciliación y seguido de la Eucaristía.





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