Page 18 - LIBRO DE RELIGION 2° MEDIO
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Desde la perspectiva cristiana






                                                  Eucaristía y vida cotidiana

                                                  La Eucaristía expresa, de modo cultual, profundas experiencias humanas
                                                  que vivimos cada día. Así la celebración central para el creyente de la
                                                  comunidad cristiana no significa evadirse de la cotidianidad, sino preci-
                                                  samente de volver a ella con renovado ánimo, a vivir día tras día lo que
                                                  hemos expresado en la celebración sacramental.
                                                  Si repasamos algunos ritos de la Eucaristía podemos remitirnos a estas
                                                  experiencias verdaderamente humanas que nos permiten descubrir un
                                                  sentido a lo que hacemos cada día casi sin darnos cuenta.

                                                           •  Unidad y reconciliación
                                                              La necesidad de unidad y reconciliación es evidente cada
                                                             día; solo basta leer los titulares de los periódicos o ver los noti-
                                                             ciarios en televisión para constatar que en distintos contextos,
                                                             tanto mundiales como nacionales, persiste la división, la ex-
                                                             clusión y la discriminación que hieren la dignidad humana.
                                                              Incluso a nuestro alrededor detectamos que en los distintos
                                                             ámbitos de la vida (política, cultural, económica, científica)
                                                             y en nuestro entorno cercano (desde el aula al barrio) faltan
                                                             gestos y acciones que consoliden la unidad fraterna que an-
                                                             helamos. Por eso, cuando surgen dificultades debidas a la
                                                             división, la intolerancia o la desconfianza, tenemos que acudir
                                                             a la reconciliación, que restituye los lazos fracturados.
                                                              Por eso, la Eucaristía es llamada también el sacramento de la
                                                             unidad y de la reconciliación. Toda la comunidad cristiana se
                                                             reúne para reconciliarse por aquello que la ha dividido. Pero
                                                             también todas las comunidades cristianas del mundo se unen
                                                             en este sacramento.

                                                              ¿Con quién necesitas reconciliarte?


                                                  •  Palabra y diálogo
                                                     En una época en la que los medios tecnológicos nos facilitan inmen-
                                                     samente la comunicación, abriéndonos cada día más canales para que
                                                     intercambiemos mensajes e información, se da la paradoja cultural de
                                                     cada día avanza la tendencia a vivir de un modo más individualizado;
                                                     hay muchos medios de comunicación y un infinito intercambio de
                                                     mensajes, ¿pero cuánta comunicación de calidad existe?
                                                     Por eso es necesario aprender a dialogar y a escuchar. No es fácil el
                                                     diálogo entre padres e hijos adolescentes. A veces no se termina la
                                                     conversación con la calma que esperamos; o bien, los permisos deben
                                                     ser negociados…
                                                     La vivencia de la Eucaristía nos prepara para el diálogo con Dios y la
                                                     escucha de su Palabra. Toda la comunidad, en silencio, se prepara para
                                                     escuchar al Señor. Participar de ella es aprender a dialogar y escuchar a
                                                     nuestros hermanos y madurar en la comprensión del otro con la fuerza
                                                     que recibimos por la Palabra de Jesús.

                                                     ¿Con quién necesitas comunicarte?


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