Page 14 - Edición 856 el Directorio
P. 14
Mundo
El barrio de Ciudad de México donde aún se habla la lengua de los aztecas
suales. Y la gente de Milpa Alta vive, en mu- chos sentidos, como lo ha hecho durante cien- tos de años.
En la década de 1970, antes de que trabajadores coloca- ran el asfalto que terminaría siendo un camino de dos sentidos que une a la Ciudad de México con Milpa Alta -la más meridional de las 16 de- legaciones de la urbe- la abuela de Javier Galicia- Silva tenía que caminar por los cerros en dirección a Xo- chimilco todos los días desde las 04:00 horas.
Real del Monte, la pequeña ciudad de México que tiene costumbres inglesas
Y si bien los campesinos de Milpa Alta hoy hacen la ruta por carretera, llevando desde sus casas y sus huer- tos nopales, mole, miel y tor- tillas recién hechas para vender en mercados y en las esquinas de la ciudad, no es mucho lo que ha cambiado. Otro mundo
Cuando el dulce y com- plejo aroma del mole empezó a flotar en el
Milpa Alta, con su lengua y sus costumbres antiguas, ha sido autosuficiente durante milenios. Los bosques son hogar de venados, conejos y hasta hongos alucinógenos que, según Galicia-Silva, pueden "volverte loco" si no son preparados apropiada- mente.
De ahí tomaba una chalupa (un taxi acuático de gran ta- maño) para ir por los anti- guos canales que iban hacia el centro de la ciudad, donde se pasaba el día vendiendo productos frescos en el ba- rrio de La Merced, cerca del Zócalo.
Aunque lo que solía cono- cerse comolejanas tierras de cultivo y pueblos nahuas poco a poco ha ido cediendo ante el avance de la ciudad, Milpa Alta no podría ser más distinta que la contaminada urbe a la que pertenece for- malmente y que domina desde su ubicación en la la- dera de la montaña.
Qué son los "Pueblos Mági- cos" de México y por qué todos quieren serlo
Las mañanas son frías en Milpa Alta, y Galicia-Silva, un historiador y profesor, lle- vaba un suéter rojo y una boina negra cuando me abrió la puerta. Acababa de dar una clase gratis de ná- huatl a miembros de la co- munidad, lo que espera que ayude a preservar la lengua de sus ancestros.
Otras tradiciones mesoame- ricanas continúan practicán- dose, como el temascal, un baño de vapor autóctono ofrecido por un chamán que se celebra en una choza de adobe y que supuestamente posee propiedades curativas y espirituales.
Con un poco de dinero y al- gunos suministros a su es- palda, regresaba al pueblo cerca de las 20:00 horas, a tiempo para dormir y hacer de nuevo el mismo viaje de ida y vuelta de seis horas de duración al día siguiente.
Saltar las recomendaciones
Hablaba un español rápido, sonreía seguido y se movía lentamente invitándome a su jardín. Cuando hablaba de sus abuelos y de su pueblo natal de Santa Ana Tlaco- tenco en Milpa Alta, lo hacía con orgullo.
Y los locales presumen que hay festividades en la dele- gación los 365 días del año, incluyendo un festival de ve- rano en cada uno de los 12 pueblos.
14 El Directorio Comercial Latino de Montreal
Raramente es visitada por otros residentes de Ciudad de México. Los turistas ex- tranjeros son aún más inu-
"Yo no me siento parte de la
La mayoría de estos inclu- yen bailes tradicionales, pe- regrinaciones religiosas y mayordomías, la tradición de resguardar una figura reli- giosa en la propia casa y or-
Lentamente, el autobús se fue vaciando y las montañas que usual- mente no son visibles desde el centro de la ciudad de repente apa- recieron ante mí. Es- taba claro que me dirigía hacia otro lugar, a un lugar algo dis- tante.
ciudad", me dijo mientras co- míamos carambolas, guaya- bas y uvas de su huerto. "La ciudad empieza en Xochi- milco y avanza hacia el norte. Yo soy de Milpa Alta. Si me cruzo con alguien de Milpa Alta estando en la ciu- dad, entre nosotros nos pre- guntamos cuándo volveremos a casa. Aquí hay una hermandad".
autobús, el conductor anun- ció la parada de San Pedro Atocpan: el primero de los 12 pueblos de Milpa Alta, y a un mundo de distancia de la urbanidad de la Ciudad de México.
Muchos de los habitantes de Milpa Alta están en el nego- cio de preparar mole y la re- gión produce 90% del mole consumido en la Ciudad de México.
Edición 856 - Del 1 al 7 de enero del 2020