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según tu palabra.
Y el ángel se retiró.
Lc 1, 26-38
En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por
Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,
a una virgen desposada con un hombre llamado
José, de la casa de David; el nombre de la virgen
era María. El ángel, entrando en su presencia, Unidad 8 página 75, actividad 2:
dijo: Lc 2, 21-32
—Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. A los ocho días circuncidaron al niño y le pusieron
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y por nombre Jesús, el mismo nombre que el ángel
se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le había dicho a María antes de que estuviera en-
dijo: cinta.
—No temas, María, porque has encontrado gra- Cuando se cumplieron los días en que ellos de-
cia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a bían purificarse según manda la ley de Moisés,
luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al
grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios Señor. Lo hicieron así porque en la ley del Señor
le dará el trono de David, su padre; reinará sobre está escrito: «Todo primer hijo varón será consa-
la casa de Jacob para siempre, y su reino no grado al Señor». Fueron, pues, a ofrecer en sacri-
tendrá fin. ficio lo que manda la ley del Señor: un par de
Y María dijo al ángel: tórtolas o dos pichones.
—¿Cómo será eso, pues no conozco varón? En aquel tiempo vivía en Jerusalén un hombre
El ángel le contestó: llamado Simeón. Era un hombre justo que ado-
raba a Dios y esperaba la restauración de Israel.
—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del El Espíritu Santo estaba con él y le había hecho
Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el San- saber que no moriría sin ver antes al Mesías, a
to que va a nacer será llamado Hijo de Dios. Tam- quien el Señor había de enviar. Guiado por el
bién tu pariente Isabel ha concebido un hijo en Espíritu Santo, Simeón fue al Templo. Y cuando
su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban los padres del niño Jesús entraban para cumplir
estéril, porque para Dios nada hay imposible. con lo dispuesto por la ley, Si meón lo tomó en
María contestó: brazos, y alabó a Dios diciendo:
—He aquí la esclava del Señor; hágase en mí —Ahora, Señor, tu promesa está cumplida:
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