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5to Secundaria Religion 2020_AQP.qxp_-  29/02/20  10:42  Página 118










                                                   1.4. La vida buena

                                                   A primera vista podría parecer que para vivir bien basta seguir los propios deseos o im-
                         «La gracia no anula la na-
                         turaleza, sino que la per-  pulsos, es decir, dejarse llevar espontáneamente por lo que nuestro cuerpo o nuestra
                      fecciona».                   mente nos piden, o por aquello que las modas nos sugieren. Pero la realidad es que eso
                      Santo Tomás, Summa Theo-     no basta para vivir bien e incluso, en no pocas ocasiones, atenta contra lo que en realidad
                      logiae, I.                   es una vida buena.
                                      q.1 a.8, ad 2  La persona humana es distinta de los animales, porque es un ser libre y llamado a vivir
                                                   eternamente. Por tanto, está mucho menos condicionada por sus tendencias y, por eso
                                                   mismo, necesita aprender muchas cosas y ser educado para vivir conforme a la grandeza
                                                   de su naturaleza humana.
                                                   Educar a una persona implica necesariamente enseñarle a usar bien la libertad, es decir
                                                   a usarla de modo que responda al fin para el que ha sido creado en su unidad de alma
                                                   y cuerpo.
                                                   1.5. La ética cristiana


                                                   La experiencia cristiana consiste en el encuentro gozoso con la persona de Jesús, Hijo
                                                   de Dios y Salvador; acontecido ese momento, sigue la adhesión tanto a la persona como
                                                   al mensaje del Señor por medio de la aceptación creyente de la doctrina que recoge la
                                                   Buena Nueva de Jesucristo. Se fundamenta en la autoridad de Dios, la Sagrada Escritura,
                                                   el Magisterio vivo de la Iglesia y la gracia divina que amplía la capacidad cognoscitiva
                                                   para comprender y acoger la fe. Desde los primeros siglos de la Iglesia Católica se com-
                                                   prendió que la centralidad de la persona amorosa de Dios que va en busca del hombre
                                                   implica una relevancia irreductible de la persona humana ya que Dios lo ha hecho a su
                                                   imagen y semejanza y, por ello, es capax Dei (capaz de Dios).

                                                    La fe cristiana ayuda a:
                                                    • Comprender la libertad, para adecuar la propia conducta al mensaje de Jesús.
                                                    • Analizar las diferentes situaciones que se presentan, para establecer alternativas de
                                                      acción a fin de elegir cuál de ellas responde mejor al estilo de vida cristiano.
                                                    • Comprometerse a seguir el camino evangélico y a colaborar en la construcción de una
                                                      sociedad más justa y humana, según la voluntad de Dios. Es decir, convertir en obras la
                                                      fe que se profesa.

                                                   La dignidad de la persona se refiere al valor inherente de cada ser humano, cuya con-
                                                   dición requiere ser respetada y amada sin restricciones. Jesús es el hombre verdadero
                                                   a cuyo encuentro están llamados todos los hombres, a fin de que, mediante la unión
                                                   con el Hijo Único de Dios, lleguen a ser hijos de Dios y, por tanto, hermanos. Establecido
                                                   este principio, se siguen los demás valores como los derechos humanos, la justicia, la
                                                   paz, la solidaridad, etc.
                                                   La naturaleza en su conjunto como las facultades particulares del hombre cristiano se
                                                   encuentran animadas por la gracia de Dios que cuenta con ellas e invita a cada uno
                                                   a desarrollarlas hasta su máximo esplendor, a ejemplo de Jesús que “nos amó hasta
                                                   el extremo” (Jn 13, 1).
                                                   La moral cristiana reconoce el enorme valor que subyace en cada conciencia, que de
                                                   forma natural encuentra en su interior unos criterios básicos que han sido puestos por
                                                   Dios (como hacer el bien y evitar el mal, no matar, no robar, etc.). Esa conciencia que
                                                   podríamos denominar ‘natural’ es iluminada por la revelación y enriquecida por la gracia
                     Las leyes nos ayudan a ordenar nuestra
                     vida social.                  de Dios para guiar las decisiones de los creyentes.






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