Page 35 - Vida de San Agustín_Neat
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CAPÍTULO OCHO
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ara este tiempo solo un interés perseguía, ser feliz,
ser feliz, ser feliz. Puedo repetirlo muchas veces y no
bastaría para expresar cómo lo anhelaba Agustín.
¡Cuánto anhelaba amar y ser amado!, amar y ser amado,
encontrar la verdad, apagar su pasión, encontrar reposo en
su alma. Senda inquietud tenía, pero la buscaba en el poder y
en el placer. Así se fue a Roma, dejando a su madre
engañada y a su mujer e hijo abandonados. Se fue en
búsqueda de buenos estudiantes, pero le salieron peores que
los que había dejado en Cartago.
Ciertamente, contaban con buenas cualidades de las que los
anteriores carecían, pero un solo defecto era peor. En Roma,
aquellos expertos en las mañas, empezaban recibiendo
clases con él y terminaban con otro para no pagar la deuda
que establecía el contrato. Todo lo que aprendían, cuando se
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