Page 39 - Vida de San Agustín_Neat
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sino hasta mucho tiempo después, cuando la oración de su
madre triunfó sobre sus resistencias a Jesús.
La noche que su mujer salió de casa, Agustín dormía
plácidamente, mientras ella acariciaba su rostro por última
vez. Lo contemplaba con sus ojos bien abiertos y llenos de
lágrimas; esperaba el momento propicio para salir sin
despertarlo. El niño estaba en la cuna, dormido
profundamente, como si hubiera intuido que nunca más
volvería a ver a su mamá. Apenas Agustín se durmió,
después de contemplarlo algunas horas y empapar la cama
con un río de lágrimas, aquella mujer salió en silencio hacia el
monasterio que la estaba esperando. Cuando Agustín
despertó, solo encontró una carta con bella letra, donde esta
le explicaba los motivos de su fuga. Hasta entonces Agustín
supo que aquella joven esclava, sabía leer y escribir. Era
inteligente, más que muchas personalidades importantes del
imperio.
En la carta que tenía una excelente escritura, le porfiaba
cuánto le amaba, el dolor que sentía al partir y la satisfacción
que sentía por estar haciendo las cosas bien. Le decía que no
quería ser un obstáculo para su futuro ni para el futuro de
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