Page 42 - Vida de San Agustín_Neat
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que la engañó. Dijo a su madre que iba al puerto a encaminar
a un amigo y estando allí, se subió al barco y zarpó para
Roma. Ahora estaba sufriendo las consecuencias de aquel
engaño. La insatisfacción se le había vuelto una carga que no
sabía cómo llevar a sus espaldas.
Lo que él no sospechaba es que, dentro de poco, tendría
nuevamente a su madre, muy cerca. Él no contaba con lo que
estaba por llegar. La gloria estaba a punto de llegar a su vida.
Lo esperaba la sede del emperador con los brazos abiertos.
Lo esperaba Milán, la gran capital del imperio.
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