Page 48 - Vida de San Agustín_Neat
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valores que aprendió de niño! La sola presencia de su madre
era motivo para actuar rectamente.
El caso es que la estancia en Milán era una oportunidad para
toda la familia. Con ayuda de los maniqueos, Agustín llegó a
la cima del poder. Era el orador de la corte, con palabras más
exactas, Agustín, era la voz del emperador. Trabajaba y vivía
para el emperador y seguía sus órdenes, sin importar cuáles
fueran. De seguro pensó que llegar hasta ahí, era el final de
sus anhelos y, apenas, comenzaba la verdadera aventura.
¿Cómo podía actuar este hombre conforme a una orden? Un
hombre que era capaz de preguntarse por el sentido de lo
que acontece en el mundo, fueran cosas pequeñas o
grandes; ¿cómo podía un hombre, tan crítico de los
fenómenos que tienen lugar en el medio humano, no
preguntarse por el valor que tienen sus acciones? Por
supuesto, que Agustín era ese hombre, embrujado por el
hechizo del poder. Un gran genio, conocedor de todas las
artes y las ciencias de aquel tiempo, había caído en
semejante infamia. El poder que había conquistado y su
orgullo lo llevaban a defender lo que hacía, tratando de
ignorar su propia miseria, que no podía ocultar ni evadir.
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