Page 53 - Vida de San Agustín_Neat
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y, encontró en este, a un padre que lo recibió, con los regalos
que tanto le gustaban. ¡Qué delicia de libros los que Ambrosio
le prestaba! Eran un manjar. Más que con las palabras, a él
se le llegaba con los libros. Esta vez, cayeron en sus manos
escritos de sabios antiguos, adaptados a su época; todos
relacionados con la vida del hombre, tema que le apasionaba.
Mientras leía estos libros se quedaba como ausente, se
perdía en la meditación, elevaba su corazón a un estado de
reflexión profundo. Incluso al caminar llevaba en sus manos
estos libros, y mientras profundizaba perdía la dirección hacia
donde se encaminaba. Eran su alimento al despertar y antes
de dormir. Estaba nadando aquellas aguas de la interioridad.
Hasta los amigos temían perderlo porque les daba menos
tiempo. Era normal este comportamiento, hacía mucho que
buscaba respuestas a sus preguntas y parecía que las estaba
encontrando. Él reconocía que su modo de actuar
comenzaba a modificarse.
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