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El Misterio de la Bendición de . . . 153
operando por medio de carne humana. Por eso cuando Él
hablaba era por medio de Su Espíritu teofánico; era en Su
mente, la mente del Espíritu teofánico, operando a través de
carne humana. Y por esa causa Él hablaba y las cosas
acontecían.
Así también ocurrió en los diferentes profetas que Dios
envió, en los cuales operó el Espíritu teofánico de cada
profeta; y lo que ellos veían, lo veían en ese Espíritu, con
esa mente de la teofanía; y escuchaban con su teofanía, y
hablaban dirigidos por la teofanía.
Por lo tanto, lo que venía: venía de la séptima dimensión
a la sexta dimensión de la teofanía, pasando por el Espíritu
teofánico de esos profetas, y luego siendo hablado por
carne humana en esta Tierra.
En ellos estaban las dos consciencias juntas. Por lo
tanto, podían estar viendo en otra dimensión estando ellos
despiertos; porque operaba su mente, la mente de la
teofanía: operaba en ellos sin necesidad de ellos estar
dormidos. En otras ocasiones también podían estar
dormidos, y operaba también el espíritu teofánico.
Ahora, les dije que Jesús recordaba todo lo que había
sido antes de venir a esta Tierra; por lo tanto, Él podía
hablar de esas cosas.
Ahora, los demás seres humanos, por cuanto no pasaron
a la sexta dimensión para obtener su cuerpo teofánico... el
cual les pertenece a ellos, el cual Dios predestinó para cada
uno de los escogidos de Dios, de los hijos de Dios.
Pero por cuanto no pasaron los hijos de Dios por la
dimensión de la teofanía, la sexta dimensión, sino que han