Page 35 - mago de oz
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—Claro. ¿Cómo estás?
—Muy bien, gracias —repuso cortésmente
Dorothy—. ¿Y cómo estás tú?
—No muy bien —sonrió el Espantapájaros—; es
muy aburrido estar colgado aquí noche y día
para espantar a los pájaros.
—¿No puedes bajar?
—No, porque tengo el poste metido en la
espalda. Si me hicieras el favor de sacar esta
madera, te lo agradeceré muchísimo.
Dorothy levantó los brazos y retiró el muñeco del
poste, pues, como estaba relleno de paja, no
pesaba casi nada.
—Muchísimas gracias —le agradeció el
Espantapájaros cuando ella lo hubo colocado
sobre el suelo—. Me siento como un hombre
nuevo.
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