Page 46 - Manolito Gafotas
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La sita Asunción estaba muy contenta de tener un nuevo niño pelota, y yo,
para mis adentros, sabía que había cometido un pecado original, un pecado que
nunca me podré confesar porque no voy a Religión ni conozco a un solo cura:
El sitio donde le había dicho al atracador de Mota del Cuervo, Cuenca, que
fuera a atracar era el portal de la sita Asunción.
Desde entonces la miro todas las mañanas a ver si trae cara de que la han
atracado.
Dice mi abuelo que no me preocupe, que los atracadores de su pueblo nunca
se levantan antes de las once de la mañana y a esa hora ya está la sita en el
colegio machacándonos el cerebro. Eso ya me ha dejado más tranquilo porque,
te digo una cosa, a mi sita la quiero lejos, pero la quiero.