Page 394 - Frankenstein
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renovado valor proseguí mi carrera, y al cabo
   de dos días llegué a una miserable aldea de la
   costa. Pregunté a los habitantes por aquel villa-
   no y me dieron datos precisos. Un gigantesco
   monstruo, dijeron, había llegado la noche ante-
   rior, armado con una escopeta y varias pistolas,
   haciendo huir, atemorizados ante su espantoso
   aspecto, a los habitantes de una solitaria caba-
   ña. Les había robado sus provisiones para el
   invierno, y las había puesto en un trineo, al cual
   ató varios perros amaestrados que asimismo
   robó. Esa misma noche, y ante el alivio de aque-
   llas asustadas personas, había reanudado su
   viaje sobre el helado océano en dirección a un
   punto donde no había tierra alguna; suponían
   que pronto sería destruido por alguna de las
   grietas que con frecuencia se abrían en el hielo,
   o que moriría de frío.
     Al oír esto, sufrí un ataque momentáneo de
   desesperación. Había conseguido escapar de
   mí; y yo debía ahora emprender un viaje peli-
   groso e interminable a través de las montañas
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