Page 100 - Vuelta al mundo en 80 dias
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¡GRAN ATRACCIÓN!
¡Los Estados Unidos! exclamó Picaporte . ¡Ya di con mi negocio!
Siguió al del cartel y entró en la ciudad japonesa. Un cuarto de hora más tarde, se detenía
delante de una gran barraca coronada con varios haces de banderolas, y cuyas paredes
exteriores representaban, sin perspec-tiva, pero con exagerados colores, toda una banda de
juglares.
Era el establecimiento del honorable Batulcar, especie de Barnum americano, director de
una compa-iíía de saltimbanquis, juglares, clowns, acróbatas, equilibristas, gimnastas, que,
según el cartel, daban sus últimas representaciones antes de dejar el Imperio del Sol, para
irse a los Estados Unidos.
Picaporte entró bajo un peristilo que precedía al barracon, y preguntó por el señor Batuicar,
quien se presentó en persona.
¿Qué queréis? dijo a Picaporte, a quien creyó indigena.
¿Tenéis necesidad de criado? preguntó Picaporte.
¡Criado! exclamó el Barnum, acariciando su poblada perilla gris, que adomaba su
barba . Tengo dos, obedientes, fieles, que nunca me han dejado y que me sirven de balde,
y sólo por la comida... Y son éstos añadió, enseñando sus robustos brazos, surcados de
venas gruesas como las cuerdas de un contrabajo.
¿Es decir, que no puedo servir para algo?
Para nada.
¡Diantre! Es que me hubiera convenido mucho niarcharme con vos.
¡Hola! dijo el honorable Batulcar . ¡Lo mismo sois japonés que yo mico! ¿Por qué
vais así vestido?
Cada uno se viste como puede.
Cierto. ¿Sois francés?
Sí, parisiense.
Entonces, ¿sabréis hacer muecas?