Page 144 - 19 Marie Curie
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un esfuerzo común para desentrañar los misterios del núcleo y
sacarle el máximo rendimiento. Pero pronto vio que sus objetivos
y los de los ingleses y americanos eran muy diferentes, pues ellos
se habían embarcado en la carrera armamentística de la terrible
Gue1Ta Fría, y Frédéric no consideraba dar a la energía nuclear
usos que no fueran pacíficos. Mientras pudo, Frédéric se mantuvo
al margen de esa guerra y, con el generoso apoyo del Gobierno,
creó centros de investigación, programas e infraestructuras base
de la poderosa escuela de física nuclear francesa.
Finalmente, la Guerra Fría terminó barriéndolo a él de la cús-
pide de la CEA ¿Cómo iba a estar un científico comunista al frente
de una organización del máximo valor estratégico para Francia y
para el mundo libre? De Gaulle tenía un motivo mucho más pode-
roso para poner a otra persona al frente de la CEA: Francia nece-
sitaba el poderío nuclear para independizarse de la tutela militar
norteamericana, y Frédéric, como impulsor del manifiesto de Es-
tocolmo que pedía la supresión de las armas atómicas, no era la
persona más apropiada para dirigirlo. Cuando la Guerra Fría pasó
a la historia, el empleo de la energía nuclear con fines pacíficos
volvió a ser la prioridad de la CEA
El impulso inicial que dio al desarrollo de la investigación
nuclear fue orgullosamente continuado y enarbolado como insig-
nia patria por todos los presidentes franceses que han sucedido a
De Gaulle, y por ese motivo Francia es el único país que sin tener
reservas de combustibles fósiles es autónomo energéticamente.
En una de las últimas conferencias que dio Frédéric hizo suya
la esperanza de Pierre de que toda conquista científica aportaría
más bien que mal a la humanidad. Para Marie, en cambio, la cien-
cia no solo tenía un carácter utilitario: era su belleza la que la se-
dujo, como dijo en la conferencia El porvenir de la cultura, que
impartió durante su viaje a España en 1933:
Estoy entre los que piensan que la ciencia tiene una gran belleza.
Un científico en su laboratorio no es solo un técnico: es tan1bién un
niño frente a los fenómenos naturales que lo impresionan como un
cuento de hadas. No debemos permitir que se crea que todo el pro-
greso científico se puede reducir a mecanismos, máquinas, motores,
144 ANEXO