Page 142 - 19 Marie Curie
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gotable pasión por la vida de Marie. Alan Alda, que confiesa estar
enamorado de su heroína, cuenta que no era la magnitud de su
genio científico lo que le fascinó, o al menos no exclusivamente,
sino su inagotable coraje para seguir luchando y sacando lo mejor
de la vida incluso en las situaciones más adversas.
Esa inagotable pasión por vivir la debieron de sentir sobre
todo las personas que estuvieron cerca de ella, y de una forma muy
especial su hija Irene, que era física y mentalmente más parecida a
su padre que a ella. Tras la muerte de Pierre, Marie se ocupó de
darle una educación a su altura, creando una cooperativa de ense-
ñanza cuyos profesores eran ella misma y sus exquisitos colegas
científicos. Siendo solo una adolescente, Irene fue uno de sus prin-
cipales apoyos en el escándalo Langevin, y poco después su mejor
colaboradora en el periplo por los frentes de batalla de la Primera
Guerra Mundial. Ello tuvo sin duda un efecto catastrófico en la
salud de Irene, que no obstante no se reflejó en su expediente aca-
démico, pues al poco de terminar la guerra se graduó en física y
comenzó a trabajar en el laboratorio con la misma dedicación que
su madre. A diferencia de ella, probablemente por el influjo de su
abuelo, Irene se alineó abiertamente con partidos políticos de iz-
quierda, formando parte del Gobierno de Léon Blum y apoyando la
República española tras el Alzamiento de 1936. Asimismo fue una
sufragista apasionada que en el discurso de recepción del Nobel
hizo un alegato feminista que sigue estando vigente hoy día.
Frédéric Joliot, el compañero que, como su madre, conoció
en el laboratorio, también recogió el testigo de Marie. Nacido en
1900 en una familia de comerciantes sin tradición científica, su
vida se vio profundamente alterada por la Gran Guerra, pues a
causa de ella tuvo que dejar el liceo y matricularse en la menos
prestigiosa Escuela de Física y Química Industriales. El cambio al
final no resultó negativo, pues allí conoció a Paul Langevin, por
cuya recomendación entró a trabajar en el Instituto del Radio con
una de las becas Rothschild como asistente de Marie Curie. En
1926 se casó con Irene, añadiendo el apellido Curie al suyo. Tras
completar sus estudios de Física en la Sorbona, en 1930 presentó
su tesis doctoral, dedicada al estudio de las propiedades electro-
químicas del polonio, una extensión del trabajo de investigación
142 ANEXO