Page 8 - 23 Dalton
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más pequeño tendrá un límite. Pero estos átomos indivisibles son
                     demasiado pequeños para observarlos a simple vista. Por tanto,
                     el principal problema de la teoría atomista era que sus postulados
                     no eran demostrables.
                         Otras teorías también resultaban atractivas, como pensar que
                     toda la naturaleza estaba compuesta por la combinación de cuatro
                     elementos básicos: aire, tierra, fuego y agua. Esta suposición en-
                     cajaba mucho mejor con lo que nuestros sentidos podían percibir,
                     tanto que durante quince siglos -siglo arriba, siglo abajo- , se
                     consideró la correcta. La filosofía se transmutó en religión y de alú
                     en dogma, y nos costó mucho salir de esa oscuridad permanente.
                     Finalmente, la ciencia se abrió paso. Primero con el impulso de
                     los astrónomos, luego con el empuje de los propios químicos. El
                     mundo no era tal y como se había imaginado muchos años atrás,
                     y las sucesivas observaciones y los experimentos llevados a cabo
                     en los laboratorios comenzaron a cambiar las cosas. No se podía
                     cambiar la materia, no se podía convertir el plomo en oro, no se
                     podía leer el futuro en los astros.
                         Los astrólogos se transformaron en astrónomos y los alqui-
                     mistas en químicos. Y estos empezaron a sacar sus propias con-
                     clusiones. Aislaron elementos, que nada tenían que ver con los
                     cuatro principios fundamentales clásicos. El agua se podía dividir
                     en oxígeno e hidrógeno, el aire no era sino una mezcla de gases,
                     el fuego, producto de la combustión, y la tierra .. . muchos otros
                     elementos mezclados. Que también podían aislarse. Así hasta un
                     número aproximado de noventa y dos.  Cada nueva década traía
                     resultados más sorprendentes. La cantidad de materia se mante-
                     nía constante, solo cambiaba su forma.  Los elementos se com-
                     binaban siempre igual, y lo hacían en proporciones de números
                     enteros. Los gases, en principio tan caprichosos, resultaron ser
                     más predecibles de lo que se pensaba. Su temperatura, presión
                     y volumen estaban intrínsecamente relacionados.  Pero ya casi
                     nadie se acordaba de los átomos.
                         Hasta que apareció en el escenario científico de finales del
                     siglo xvrrr la figura del británico John Dalton. Al principio no llamó
                     mucho la atención. No había pasado por universidad alguna, era
                     un maestro muy humilde y completamente autodidacta. Además,





          8          INTRODUCCIÓN
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