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Los sábados por la tarde en el apartamento del profesor
Castelnuovo solían reunirse familias y estudiantes vinculados a
la Universidad de Roma. De forma distendida, los más jóvenes
profesores, entre los que se hallaba Fermi, y los estudiantes pro-
seguían con sus inquietudes científicas en aquellas fiestas, además
de establecer estrechos vínculos de amistad. Allí se reencontraron
Laura Capon y Enrico Fermi.
EL MISTERIO DEL ÁTOMO Y EL MODELO
DE THOMAS-FERMI
Cuando Fermi publicó «Sobre la cuantización del gas perfecto mo-
noatómico» todavía no se conocía, ni de lejos, el universo de par-
tículas cuánticas que presentan10s resumido al final del capítulo
anterior. El átomo era un gran desconocido. En 1920, Rutherford
había postulado la existencia del neutrón ( que aún no se había
detectado empíricamente), y ese mismo año él mismo había de-
nominado «protón» al núcleo del átomo de hidrógeno, que había
descubierto experimentalmente en 1919.
Tras el desarrollo de su estadística, Fermi había empezado a
ser reconocido a nivel internacional, y en una carta de Einstein
a Lorentz, fechada en junio de 1926, Einstein sugería que Fermi
o Langevin eran los mejores ponentes que en estadística cuántica
podlian proponerse para la quinta Conferencia de Solvay a cele-
brar en octubre de 1927. Al final, sería Langevin el que apareceiia
en una de las fotografías más famosas de la historia de la ciencia.
Un mes antes, en septiembre de 1927, se celebró en Como otra
conferencia internacional de física para conmemorar el centena-
rio de la muerte de Alessandro Volta, en la que Corbino fue capaz
de reunir, junto a sus ragazzi de Via Panisperna, a buena parte de
los que después ilian a Solvay, incluyendo a Planck, Pauli, Heisen-
berg, Rutherford, Lorentz y Bohr, entre otros destacados físicos.
Bohr presentó en Como su famoso principio de comple-
mentariedad de la mecánica cuántica, que establecía que la
interpretación ondulatoria y la corpuscular eran esenciales y com-
LOS NEUTRINOS Y LA DESINTEGRACIÓN BETA 53