Page 161 - NUEVE MUJERES, LIDERAZGOS QUE INSPIRAN
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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
  del Ejército, rodeadas de lanceros, la Jefa de Estado en la parte delantera del vehículo, saludando al público y Vivianne Blanlot, de pie en la parte de atrás, sólo sonriendo, encantada, encandilada por la situación y por el espectáculo que le correspondía vivir.
Una escena que trajo reminiscencias de algo que ocurrió 24 años antes, cuando la ex Primera Ministra británica, Margaret Thatcher, tras la rendición de Argentina, llegaba como una heroína en gloria y majestad a las Islas Falkland (Malvinas) en un avión Hércules, luego de un vuelo de 23 horas, con una escala mínima de abastecimiento en la isla Ascensión, momento en que el diario Pravda del Partido Comunista de la ex Unión Soviética la apodada para siempre como la “Dama de Hierro”. O, cuando para potenciar su campaña de reelección el 17 de septiembre de 1986, en el campo de entrenamiento de la OTAN en Fallingbostel, al sur de Hamburgo, se subía a un tanque, con lo que volvió a cimentar su fama de Dama de Hierro. Cubierto su rostro por grandes anteojos militares de seguridad; su cabeza y cuello envueltos en un pañuelo de seda y vestida con un impermeable marca Aquascutum, esta mezcla de Isidora Duncan y Lawrence de Arabia, como la definió el diario conservador Daily Telegraph, se clavó hasta el día de hoy en la mente de toda una generación y sin lugar a dudas trajo recuerdos de ese día en la elipse del Parque O´Higgins.
La Parada Militar de 2006
Si bien ni Bachelet ni Blanlot llegaron conduciendo un Challenger Tank, el efecto para el medio chileno fue parecido e impactante y para las autoridades que las esperaban en la tribuna, algo que superaba sus expectativas. Una mezcla de admiración e incredulidad.
Su gestión también estuvo marcada por el tema de los derechos humanos: “Todo el mundo creía que a esas alturas estaba todo resuelto; transcurría el año 2006. No obstante debo decir que tuve tensiones importantes con Óscar Izurieta porque él quería proteger al Ejército. Él sentía que lo conocido hasta la fecha ya era suficiente, pero mi impresión era distinta en el sentido de que todavía quedaba mucho más por saberse y el tiempo demostró que así era. Quizás correspondía a un 20 por ciento, pero para la gente afectada por ese 20 por ciento era algo muy, pero muy grave y la verdad tiene que ser entera, no puede conocerse a medias. Desde mi punto de vista había llegado la hora de resolver y limpiar totalmente el tema de los derechos humanos. Izurieta era un hombre muy querido al interior del Ejército, pero yo tuve problemas con él, porque teníamos visiones distintas de cómo manejar el tema de los derechos humanos. Existían militares en servicio activo que estaban siendo llamados a declarar por los tribunales o que se les estaba pidiendo más información”, expresa.
Su paso por Defensa fue muy intenso, pero corto, ya que se prolongó por
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