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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
es porque tengo claras las ideas y uno no puede estar a cargo de una institución si no opera en conciencia. Finalmente le dije: ‘Mira, Juan, no te preocupes. Yo me voy y seguimos tan amigos como antes’, y ese mismo día agarré mis cositas, —había pedido que me las colocaran en una caja—, entregué mi celular y el chofer me llevó a mi casa... Así sale uno del sector público”, indica con una mezcla de resignación y un poco de ironía.
Ese período en la CONAMA fue una prueba en todo el sentido de la palabra. Los ambientalistas criticaban la aprobación por parte del organismo estatal del proyecto Río Cóndor de la empresa maderera norteamericana Trillium en Tierra del Fuego, que fue declarada por la Corte Suprema “ilegal y arbitraria”.
Luego continuaron presionando cuando la ejecutiva dio su autorización, con condiciones, a la instalación de la central hidroeléctrica Ralco en el Bío-Bío y argumentaron que “prevalecieron intereses políticos y empresariales”. Luego, se denunció que Endesa, dueña de Ralco, engañó a los pehuenches y les dio a cambio de abandonar la zona campos yermos e inútiles.
Se llegó a decir que Vivianne Blanlot debía abstenerse de participar en la evaluación ambiental, porque su marido trabajaba en una empresa de agua potable filial de Enersis, el consorcio al cual pertenece Endesa. Y hasta la propia Endesa atacó a Vivianne Blanlot por considerar que las exigencias adicionales eran excesivas y discriminatorias.
La crisis medioambiental del Gobierno estaba servida, al punto que las autoridades llegaron a decir que Blanlot había presentado su renuncia por razones personales, al estimar que “ya había cumplido un ciclo”.
En lo que sí probablemente tuvo razón el ministro Villarzú que ofrecía estas disculpas a los medios de prensa, fue en decir que las críticas a Blanlot “desde uno y otro lado del espectro”, tanto de las organizaciones ecologistas como de los empresarios, mostraban “un balance de equilibrio” en su gestión, una gestión, que sumando y restando sentó para siempre las bases de la institucionalidad medio ambiental de Chile. Triste, pero cada vez más convencida de su decisión, muy pronto estaba de nuevo trabajando para el BID y haciendo consultorías.
En 1999, al término del Gobierno de Frei volvía a vincularse con la política activa y esta vez se jugaba por completo por la candidatura de la Concertación.
Trabajaron en 20 grupos durante seis meses para producir un programa sólido para el conglomerado de partidos, que se entregó a los candidatos antes de las primarias, que podría aplicarse tanto a Zaldívar como a Lagos.
Cuando finalmente el ganador resultó ser Lagos, hizo lo que pocas mujeres se atreven a llevar a cabo: llamó a un amigo, le hizo ver todo lo que había trabajado por la candidatura del líder PPD, y le pidió ser la próxima Secretaria Ejecutiva de la
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