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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
podían parecer insignificantes, pero que la sumatoria hacía la diferencia. El resultado de la campaña se está difundiendo por parte del BCI y Casa de la Paz en otras empresas nacionales para contagiarlos con los beneficios.
En el año 2004 a partir de un proyecto con Gerdau Aza, Casa de la Paz retomó con fuerza el tema del reciclaje y recuperó anualmente en forma sustentable 450 mil toneladas de basura, que de otra manera habrían terminado en vertederos clandestinos o sepultados en rellenos sanitarios.
Como una forma de incorporar esto en los programas de educación formal, Casa de la Paz elaboró, con el apoyo de esta empresa, la “Guía Educativa para el Reciclaje del acero ¡Reciclar Chatarra!”. La publicación incluía aspectos conceptuales, metodológicos y actividades para sensibilizar a los alumnos y profesores respecto de la problemática de los residuos sólidos domiciliarios y en particular en el reciclaje de la chatarra.
Pronto Coca Cola ingresó también al tema del reciclaje de residuos sólidos e invitó a Casa de la Paz a desarrollar campañas educativas en 22 establecimientos educacionales en torno los envases de plástico. “Desde el año 2006 hemos vivido un boom en torno a proyectos relacionados con esta temática. No hay nada más poderoso que una buena idea a la cual le ha llegado la hora; esto nos permitió evolucionar de proyectos a programas, consolidando el reciclaje como una línea estratégica en nuestro quehacer, gracias a su indiscutido impacto ambiental. Esta evolución nos ha permitido plantearnos una meta a mediano plazo, una industria de reciclaje en Chile”.
Casa de la Paz, con Ximena Abogabir a la cabeza, ha trabajado con muchas otras empresas y gremios de distintos tipos. Masisa, Minera Collahuasi, Asociación de Industriales Químicos, Consejo Minero, Acción RSE, PNUD y una cantidad enorme de organizaciones de la sociedad civil y los distintos Gobiernos en estos 34 años.
Frente al éxito logrado, poco a poco más y más empresas del sector privado llegaban a la organización en busca de soluciones para poder generar no sólo valor para sí mismas, sino también para toda la sociedad.
Pero los años no pasan en vano. Cuando Casa de la Paz celebró 25 años, Ximena Abogabir empezó a instalar en su mente la necesidad de traspasar el bastón de mando, de dar un paso al costado, “porque hay muchas ONG que mueren, porque el fundador o fundadora se pega en ideas antiguas y no se adapta a la modernidad”.
Como head-hunters sabemos que la sucesión de la organización constituye un
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