Page 290 - NUEVE MUJERES, LIDERAZGOS QUE INSPIRAN
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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
  elemento primordial para imprimirle continuidad a cualquier proyecto. Este es un momento de gran trascendencia, porque se juega la permanencia o desaparición de la entidad. Ser líder en una ONG no es fácil; de acuerdo con estadísticas oficiales y nuestra experiencia, existe una escasez de buenos líderes en el sector sin fines de lucro. Y, por lo tanto, algunos autores y expertos hablan de una cierta urgencia respecto de la necesidad de desarrollar una nueva generación de estos dirigentes para ajustarse a un mundo cada vez más complejo y cambiante e incorporar mejores prácticas.
Fue así como al cumplir 30 años, la institución renovó el directorio antiguo; este renunció en su mayoría y se nombró un nuevo organismo, compuesto por profesionales con edades inferiores a los 40 años y la única que quedó, por decisión unánime, fue Ximena Abogabir, en calidad de directora, renunciando a la presidencia. Asumió la dirección ejecutiva una profesional de reconocido prestigio en los temas de interés de Casa de la Paz, María Eliana Arntz.
Dar un Paso al Costado
Ximena tuvo la visión de darse cuenta de que ya no era parte de la solución, sino más bien un obstáculo para un fluido rediseño institucional. A su vez, para ella se abría la oportunidad de reinventarse, abordando un tema que la inquietaba a medida que se acercaba a los 70 años: la longevidad. “Cuando cumplí 60 me fui a un retiro para saber qué hacer con el resto de mi vida y decidí que seguiría en la Casa de la Paz, pero a otro ritmo, sin vivir corriendo, conciliando mejor la vida personal con el trabajo. Quiero tiempo para estar disponible para mis nietos y también para abordar nuevas temáticas. Acabo de cumplir 70 y estoy muy motivada por la necesidad de resignificar esta nueva etapa, es muy probable que vivamos hasta los 100 años. Actualmente la sociedad la aborda desde el asistencialismo, a mí me interesa explorar la oportunidad de transformarla en un período feliz, productivo y con sentido”, dice.
Mientras Ximena Abogabir daba un paso al costado y comenzaba a preocuparse de su tarea de reinventarse, Casa de la Paz experimentaba un proceso de refundación, adoptando nuevas metodologías.
“El mundo ha cambiado mucho y siento que no podemos hacer más de lo mismo un poco mejor. Hay que asumir los cambios profundos. Hoy día las comunidades no se contentan con que las inviten a una reunión y les den un pan con queso para explicarles que deben estar tranquilas, porque un proyecto de inversión no les implicará impactos negativos. Hoy día quieren incidir, contribuir y que les respeten a cabalidad sus derechos”.
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