Page 30 - NUEVE MUJERES, LIDERAZGOS QUE INSPIRAN
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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
  irradiaba una sensación de plenitud, como si hubiese dado a luz y tal vez, en un sentido figurado, lo había hecho. Proyectaba una sensación de logro que era perceptible, porque sin lugar a dudas aquello representaba varios triunfos a la vez: haberle dicho que no a la potencia más grande del mundo y, en paralelo, obtener lo que Chile requería en ese momento crucial de su historia, pese a todas las presiones y, lo que más le importaba, haberse mantenido firme en los principios morales que la guiaban y que gran parte del mundo compartía con ella y con el Gobierno que representaba.
Oposición en la Cancillería
Pero el capítulo no terminaba allí, ahora el Tratado de Libre Comercio tenía que ser refrendado por los Congresos de Chile y Estados Unidos. Increíblemente, en el país anglosajón se aprobó primero y bastante más tarde en el nuestro, debido a los resquemores que existían respecto de la invasión de Irak en algunos sectores antinorteamericanos.
Pero la negociación anterior, con la Unión Europea tampoco estuvo exenta de dificultades y, en algunas ocasiones, por partida doble.
A los problemas propios de llevar a cabo esa misión, para la cual no existía ninguna infraestructura negociadora, al igual que con el TLC con Estados Unidos, se agregaba una constante y absurda oposición por parte de funcionarios de carrera hacia su persona, desde el mismo día en que juró como ministra. Una carga adicional que tuvo que asumir, hasta que logró disiparla con diversas acciones, pero que durante mucho tiempo estuvo allí enquistada y latente.
A un grupo de la Cancillería les molestaba, como señala Soledad Alvear, “que la elegida para el cargo fuera mujer, sin apellidos vinosos; morenita, bajita; egresada del Liceo de Niñas No 1 y criada en Puente Alto. Muchos jamás se imaginaron que yo pudiera realizar alguna tarea en la Cancillería. Les resultaba muy difícil aceptarme, porque era lo opuesto a lo que ellos deseaban o imaginaban”.
Era, por lo demás, un cargo que jamás buscó, aunque sí eligió, pero porque el Presidente de la República lo dispuso. Cuando terminó de ejercer su cargo inmediatamente anterior, el de ministra de Justicia, durante la administración Frei, asumió la campaña presidencial de la segunda vuelta de Ricardo Lagos, a expresa petición de él.
“Nunca me sentí extraña trabajando para un futuro Mandatario socialista; yo formaba parte de la Concertación, un proyecto común, donde existía mucho respeto por la Democracia Cristiana. Fue un período de locos. Nuestro lema era ‘Con Lagos y Alvear vamos a ganar’ y la verdad es que trabajamos tanto, que finalmente fue elegido. Al fin, pensé, me voy a retirar, porque de verdad estaba
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