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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
El sistema fue diseñado para que solo los casos de mayor gravedad llegaran al juicio oral, en el que en una o más audiencias, el fiscal y el defensor presentaran pruebas y testigos ante los tres jueces del Tribunal Oral en lo Penal. Luego de concluir esta etapa, los jueces dictarían sentencia, que puede ser una condena o la absolución del o los imputados.
Era un mundo nuevo, el más grande cambio de la justicia chilena jamás realizado. “Había que hacerlo todo, partiendo por convencer al personal, a los legisladores y, entre otros, al ministro de Hacienda que se negaba a construir más de 300 edificios, necesarios para el funcionamiento del nuevo sistema. En el Congreso, el proyecto estuvo tres veces en la Comisión de Constitución y allí yo les explicaba y explicaba a los legisladores en qué consistiría este nuevo sistema y no entendían. Vamos a tener un nuevo Código Procesal Penal, les decía y agregaba un nuevo Código que será totalmente distinto a todo lo que nos enseñaron en la Facultad. Les explicaba que por de pronto este juez que investigaba, acusaba y luego fallaba ya no existirá más. Habrá una fiscalía y los jueces serán imparciales. Tendrán que tener un fiscal y un defensor, para los efectos de un juicio justo. Aclaraba, una y otra vez, que esto no era como el jurado norteamericano, que se trataba de la presencia de tres jueces preparados. En fin, tuve que hacer mucha pedagogía”.
Además organizó la Academia Judicial para forma a los jueces; la Academia Fiscal, para los fiscales y tuvo que hablar con los decanos de las Facultades de Derechos de las distintas universidades para que comenzaran a readecuar las mallas curriculares de los estudiantes.
Parte de la inspiración de esta reforma la obtuvo de observar el sistema alemán. Gracias a la ayuda de un órgano de cooperación de ese país logró financiar viajes de conocimiento y familiarización con el sistema germano, para que los parlamentarios, jueces, e incluso ministros de la Corte Suprema comprendieran en su totalidad de qué se trataba el sistema.
En medio de todo y mientras se tramitaban los proyectos en el Congreso comprendió que en la Corte Suprema existían problemas graves, por la edad de muchos de sus miembros. Algunos eran tan ancianos que no escuchaban bien y otros eran muy malos profesionales. “Dentro de las leyes de amarre dejadas por Pinochet figuraban la calidad de ministros vitalicios del máximo tribunal y agregaba que los que se nombraban desde la recuperación de la democracia tenían que seguir hasta los 75 años. De la Corte Suprema al Cementerio, prácticamente y eso regía para la mayoría, ya que el Presidente Aylwin había nombrado solo a tres o cuatro”.
Finalmente se les logró llamar a retiro, porque se requería eficiencia, dado que el ejercicio de la justicia es cada vez más complejo en el país y en el mundo.
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