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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
no se implementó adecuadamente el sistema para que los policías tengan las herramientas para probar los delitos. Es más eficiente que estén dotados de los instrumentos necesarios para que vándalos que están destruyendo los vidrios, por ejemplo, sean identificados y no tener que subir al carro a gente al azar. Les llegan a los jueces 20 sujetos que no son los peores y los dejan ir, porque los delincuentes saben cómo arrancar antes de ser detenidos. He vuelto a revisar durante estos años las cosas que se organizaron y los problemas corresponden a situaciones de implementación, no de principios sobre los cuales se hicieron. ¿Qué haría ahora? Uno: mejoraría la tecnología como medio de prueba, porque desde ese punto de vista las cosas han progresado mucho; dos: aumentaría la capacitación de las policías en general, algo de lo que hoy hay carencia, ya que los que lo hacen llegan al siete por ciento. Lo que quiero decir con esto es que si un carabinero ve que un lanza le roba la cartera a una señora, debe conocer cómo se custodia la prueba. Si lo ignora, no sabrá declarar ante un tribunal. Un tercer aspecto a tener en cuenta es incrementar la coordinación. El fiscal, que es dueño de la investigación, tiene que reunirse con el equipo, pero hoy en día los policías ven como enemigos a los fiscales. Cada uno cuida su feudo, les falta coordinación, deben estar juntos, revisar cada cierto tiempo los delitos guardados. Los problemas actuales tienen que ver con gestión, no con penas. Eso es algo que debe resolver el ministerio del Interior”.
Necesidad de Voluntad Política
Pero su trabajo no solo se centró en la reforma. Hubo muchas otras actividades adicionales, como reunirse todas las semanas con los jefes de servicio de las organizaciones de justicia, incluso los del Registro Civil, organización que en esa época se sacó el premio al mejor servicio. En relación con entidades como el Servicio Nacional del Menor, se cambió la Ley de Adopción, para hacer más fácil ese proceso.
Reflexiona a raíz de los acontecimientos ocurridos en los últimos años en esa repartición que: “En ese entonces había más disposición de todos. Había más mística, estábamos reconstruyendo el país; a mí nunca un partido político vino a pedirme que pusiera a alguien en tal o cual cargo. Nunca despedí a nadie que viniera de la administración anterior, tenía que conquistarlo. Concretamente en caso del SENEME ha faltado voluntad política de todos; se necesitan muchos más recursos, profesionales, terapeutas, porque allí hay niños muy dañados. Recuerdo que costaba mucho entablar relación con ellos, los cuida gente que no son profesionales”.
Soledad Alvear intentó darles otro rostro y humanizar las cárceles; fuera de visitas inspectivas de sorpresa que le permitían conocer las condiciones en que estaban esos recintos, instaló fábricas en el interior, como por ejemplo Madegón.
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