Page 7 - Farewell

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feliz su compañía. Sin embargo, después de los nietos, está
despegado y frío conmigo, usted nunca me dejaba en paz,

siempre buscando el momento de arrinconarme y estrujarme…

Calló y sorbió otro trago y lo miró a la cara con los ojos color miel
llenos de amor, pero con una duda que flameaba en el fondo.

― ¿No tendrá usted una mujer por ahí? Recuerdo conversar eso
desde que nos conocimos, que si uno se desenamoraba, era
lícito, que el amor no obliga y si es así, dígamelo que ya estoy

grande para estas cosas. Y le digo más, acordamos, que si uno
sentía que no era igual, podía irse sin más. Porque, aunque me
duela, la libertad es lo primero, lo prefiero lejos pero feliz, que

aquí triste y amargado contra su voluntad. Usted dijo hace unos
días un par de cosas para pensar y tiene razón, apoyé mis hijos
cuando usted vetó, permití, callé cosas, no dije, pero nunca ha
sido mal padre. Se que los muchachos no fueron respetuosos
con usted alguna vez, no cumplieron como pasa en todas las

familias.

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