Page 82 - Edición final para libro digital
P. 82
Muros. Historia viva
El ataque del Loire
a mañana del 4 de julio de 1805, una pequeña flota inglesa al fren-
te de la cual estaba el capitán Maitland, comandante del Loire (una
Lfragata con 44 cañones capturada a los franceses en la batalla de la
isla Tory, el 12 de octubre de 1798), llegó a Muros con la intención de ha-
cerse con la corbeta francesa «Confiance», un corsario galo que había sido
reflotado el 3 de febrero de 1799 después de haber estado más de un año in-
servible, al volcar durante su botadura en noviembre de 1797. Junto a la cor-
beta gala se encontraba también el Bélier, un bergantín de la clase «vigilant»
de 16 cañones, 116 metros de eslora y unas 450 toneladas de desplazamien-
to, que había salido por primera vez al mar en 1800 y estaba siendo reparado.
Maitland, que venía de atacar la villa de Camariñas, supo por la informa-
ción que le habían facilitado los marineros de la faluca española «Esperanza»,
apresada en aquel ataque dos días antes, que en el puerto muradano se en-
contraba fondeada la «Confiance» Artillada con 26 cañones de 12 y 9 libras, si
bien se encontraba desarmada debido a los trabajos de reparación a que esta-
ba siendo sometida. Al llegar a la punta de Rebordiño, remolcando los botes
apresados en anteriores abordajes, fueron avistados por las defensas de tierra..
La pequeña batería de dos cañones apostados en el cabo abrió fuego contra la
nave inglesa, cuya tripulación estaba compuesta por cincuenta hombres entre ofi-
ciales, marines y marineros Comandados todos ellos por el capitán Maitland y las
órdenes del teniente Yeo, a quién asistían los tenientes de la Real Marina Británica,
Samuel Mallock y Joseph Douglas así como el teniente segundo Charles Clinch.
Los ingleses respondieron al fuego, pero ante la imposibilidad de llegar hasta
la «Confiance» debido la ventaja que le otorgaba a las defensas su estratégica
posición, el capitán Maitland ordenó atacar por tierra e inutilizar los cañones.
Cincuenta marines británicos, comandados por el propio teniente Yeo,
alcanzaron la orilla en unos botes y consiguieron anular la escasa fuer-
za de fuego situada en la punta Rebordiño. Pero, al adentrarse el Loire en la
81