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José Manuel Bermúdez Siaba


          conservó colgada en la fachada de dicha casa con una inscripción que decía:
          «Un regalo de los ingleses: 22 de julio de 1805», hasta que la casa se quemó,
          desapareciendo entonces la bala.
            Según don Ramón Artaza: «la fecha que por los indicios figuraba inscrita
          en la bala de cañón, no coincide con la verdadera fecha en la que sucedieron
          los hechos, a los cuales se hace referencia en los archivos de la Real Marina
          Inglesa y en los diversos datos biográficos del Almirante Maitland. Sí coin-
          cide, en cambio, esa inscripción con la fecha en la que aconteció la batalla
          de Finisterre, pocos días más tarde, lo cual nos lleva a pensar que dicha
          inscripción pudo ser hecha por alguien tiempo después de acontecido el in-
          cidente, confundiendo las fechas de dos hechos importantes acaecidos en un
          corto período de tiempo».
             Pocos días después, el 22 de julio, en el marco de las guerras de la tercera
          coalición durante las denominadas «guerras napoleónicas», tuvo lugar la co-
          nocida como «Batalla de Finisterre», donde una flota formada por 19 navíos
          ingleses al mando del Vicealmirante Robert Calder, se enfrentó en las cercanías
          del cabo de Finisterre a una flota franco-española compuesta por 29 naves y
          comandada por el almirante Pierre Charles Silvestre de Villenueve, apoyado por
          el comandante español Gravina. El combate comenzó a las 17:15 horas del día
          22 de julio de 1805 y se prolongó a lo largo de dos días. La misión de Calder era
          impedir que la flota francesa tuviese acceso al canal de la Mancha, hacia donde
          se dirigía para escoltar el paso del ejército de Napoleón en su propósito de inva-
          dir Inglaterra.
            Al darse por finalizada la batalla, el 24 de julio, la flota franco- española había
          sufrido 476 bajas, entre muertos y heridos, y los ingleses terminaron la contienda
          con 39 muertos y 159 heridos. Pero, consiguieron su objetivo de impedir que Vi-
          llanueve pudiese llegar a desembarcar tropas en Irlanda para facilitar la escolta
          de las tropas de Napoleón; que esperaban en Boulogne. La victoria inglesa en
          aquella batalla naval hizo desistir al emperador de Francia de su idea de invadir
          Inglaterra. Después de permanecer un tiempo en Cádiz, Villanueve se dirigió,
          con la flota combinada a su definitiva destrucción en la batalla de Trafalgar, el
          21 de octubre de 1805.














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