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Llegando a este punto de mi vida, me he dado cuenta de muchas cosas que me
han marcado como persona y me han hecho ser quien soy, aún recuerdo el primer
día que fui al colegio, ya hace unos trece años, entré a un salón con niños que no
conocía y empezamos a jugar con bloques, fui creciendo y llegué a primaria, donde
me enfoqué mucho en el estudio y en las notas buenas que quería sacar, todo lo
que hacía era buscar la excelencia y lo logré, obteniendo varias veces el perfil igna-
ciano, todo fue así hasta que entré a bachillerato y empecé a molestar más en clase
y a reírme con mis amigos, cada clase para mí era disfrutar las risas con mis amigos
y jugar. Para mí, el colegio se define básicamente en reír. Obviamente hubo altibajos
por algunas situaciones académicas, pero la mayoría del tiempo fue disfrutar el
colegio con risas, los morteros en Séptimo y Octavo, las risas en Noveno con El
enano, El abuelo y John, en Décimo, que se podría decir que fue mi último año
presencial, los disfruté como ningún otro, no me sentí presionado académicamente
de ninguna forma por lo que todas las clases eran un momento perfecto para com-
partir con mis amigos, las clases de química con Richy, lengua con Luz Marina,
artística... y la verdad todas fueron clases en las que pude reírme y disfrutar con mis
compañeros y, para terminar, Once con muchos amigos como Bernal, Estrada,
John, Caña, Darío… fue un año que obviamente sospechaba cómo iba a ser, pero
que estuvo lleno de experiencias y aprendizajes que me marcaron para toda la vida.
Les agradezco a mis padres por apoyarme en cada situación que viví y siempre
estar para mí en cada momento, sin ellos no hubiera podido llegar hasta donde
estoy en este momento, gracias por todo lo que me han dado, no sería la persona
que soy sin ustedes.