Page 220 - anuario-1
P. 220
Durante este último año, la vida toma un aire diferente, todo se siente tan surreal y lleno de pasión y emotividad... Y
es que debo admitir que aún sigo sin creerme totalmente que estoy en 11°, que ya no habrá un “siguiente año”, que
estoy teniendo mis últimas clases de Sociales y Física, que estoy viendo las caras de muchos por última vez, que
ya no va a haber más parches en los descansos, ni Fiestas, ni quedarse después de clase en el colegio conver-
sando. Estas nuevas realidades me ponen muy nostálgico y me hacen confrontar una realidad nueva por fuera de
la burbuja en la que viví durante 14 años de hermosa vida escolar. Dicen por ahí que la vida es un conjunto de
circunstancias que siempre están en constante cambio; pero que casi nunca nos damos cuenta porque vivimos
totalmente inmersos en nuestros propios trajines y preocupaciones. Aún así, creo que hay pequeños y fugaces
momentos en la relativa inmensidad de la vida humana que nos dan la oportunidad de parar y vernos a nosotros
mismos, revaluar prioridades y, de alguna manera, “recargarnos” para seguir en nuestro camino. Con lo anterior en
mente y enfrentando ese vacío de incertidumbre existencial que siempre nos asecha, digo: Mi amor es más fuerte
que mi miedo, mis convicciones más fuertes que mis dudas, mi esfuerzo más grande que mis obstáculos; y la
llama de mi fe siempre estará encendida. Sinceramente, aún con 18 años siento que todo lo que he vivido hasta
ahora no se compara con lo que me espera. Esto solo es el principio de algo inmenso. Siendo así, sería injusto no
finalizar con un agradecimiento a algunas personas que tanto han aportado a mi vida en este bello capítulo:
Gracias a mi familia, por ser él cálido hogar al que siempre puedo acudir.Gracias a mis profesores y profesoras, de
todos y cada uno tomé un aprendizaje. Gracias a Damián, por ser de las mejores cosas que me han pasado, por
siempre hacer sentir la vida más llevadera y sencilla. Gracias a Andrés, por hacerme la persona más feliz del
mundo, por hacerme enojar, por hacerme aprender, por soñar y crecer conmigo. Gracias a Laura, por ser mi pareja
perfecta, por nuestra relación tan extrañamente funcional y por siempre ayudar a encontrar las respuestas a las
preguntas que la vida me hace. Gracias a Valeria, por su lealtad inquebrantable, por su amor incondicional, por
confiar en mí ciegamente y por ser el cristal que solo vi brillar al final. Gracias a Jenny, por ser testimonio vivo del
valor del trabajo duro y el empeño, por ser mi amiga y confidente. Gracias a Paulina, por ser mi eterna amiga y por
tu inusual manera de amar. Gracias a Godoy, por ser una mujer tan entregada y servicial; y por escucharme,
regañarme y felicitarme en cada paso del camino. Gracias a Juan Manuel, por ser un modelo a seguir, por
entregarme tu amistad abnegada y los incontables momentos de risa incontrolable. Gracias a Anderson, quien
espero que algún día entienda este gesto de gratitud. E infinitas gracias a aquellos importantes personajes que no
figuran en este escrito pero que llevo en mi corazón.
Solo me queda por expresar lo agradecido que estoy por haber podido vivir todos estos años al máximo: esto es
solo el comienzo.